BERLÍN (Reuters) - El nuevo ministro del Interior alemán, Horst Seehofer, dijo en una entrevista publicada el viernes que el Islam no pertenece a Alemania, lo que lo pone en conflicto con la canciller Angela Merkel, quien ha remarcado la necesidad de integrar a los musulmanes.
Seehofer también estableció una serie de políticas de línea dura sobre la inmigración, mientras la nueva coalición se prepara para enfrentar el creciente desafío del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), que entró al Parlamento nacional en las elecciones del año pasado.
"El Islam no pertenece a Alemania", declaró Seehofer al diario Bild, de gran circulación, en contradicción a lo dicho por el expresidente alemán Christian Wulff, quien provocó un debate sobre inmigración en 2010 cuando afirmó que el Islam era parte del país.
En 2015, Merkel se hizo eco de las palabras de Wulff en momentos en que el grupo de campaña antiinmigración PEGIDA -o Europeos Patrióticos Contra la Islamización de Occidente- realizaba marchas.
El Gobierno estima que entre 4,4 millones y 4,7 millones de musulmanes viven en Alemania. Muchos de ellos son de origen turco y varios del más del millón de inmigrantes que llegaron al país desde Oriente Medio y otros lugares después de que Merkel adoptó una política de puertas abiertas a mediados de 2015 también son musulmanes.
Seehofer -miembro del partido Unión Social Cristiana de Bavaria (CSU), que es más de derecha que los Demócrata Cristianos (CDU) de Merkel- afirmó que implementará un "plan maestro para deportaciones más rápidas".
"Por supuesto, los musulmanes que viven aquí sí pertenecen a Alemania", dijo Seehofer para luego declarar que el país no debe dejar atrás sus propias tradiciones y costumbres, que tienen en su centro a la Cristiandad.
"Mi mensaje es: los musulmanes necesitan vivir con nosotros, no junto a nosotros o contra nosotros", agregó Seehofer, que juró como ministro del Interior el miércoles.
En un acuerdo de coalición, el bloque conservador de Merkel integrado por los partidos CDU y CSU, junto a los Social Demócratas (SPD), sostuvieron que manejarán y limitarán la migración hacia Alemania y Europa y evitaran que se repita una crisis de refugiados como la de 2015.