Por Philip Pullella
18 ago (Reuters) - El superior general de la orden religiosa jesuita mundial ha condenado el cierre de su universidad en Nicaragua como parte de un intento gubernamental de "asfixiar" a la Iglesia católica y a las instituciones cívicas del país centroamericano.
En una carta enviada al líder centroamericano de la orden, el sacerdote Arturo Sosa afirma que las acusaciones del Gobierno contra la prestigiosa universidad son "totalmente falsas" y forman parte de un programa gubernamental más amplio de "calumnias" contra quienes defienden la libertad.
La carta, a la que tuvo acceso Reuters, fue enviada a última hora del jueves.
Estados Unidos ha condenado la confiscación de los bienes de la Universidad Centroamericana (UCA) como una erosión más de la democracia.
La universidad ha dicho que el Gobierno la ha acusado de ser un "centro de terrorismo, organizando grupos delincuenciales", y que una jueza nicaragüense había ordenado la confiscación de todos sus bienes.
"Sabemos que son totalmente falsas, y sin fundamento alguno, todas las acusaciones que se le hacen a la UCA", escribió Sosa en la carta al sacerdote José Domingo Cuesta, superior regional de la orden para América Central.
Sosa, quien es venezolano y reside en Roma, dijo que si Nicaragua tuviera un sistema de justicia imparcial "sacaría a la luz la verdad" sobre las acciones del Gobierno desde las protestas antigubernamentales de 2018 en las que murieron más de 360 personas.
La acción del Gobierno contra la UCA, otras instituciones católicas y organizaciones cívicas, tenía como objetivo "asfixiarlas, cerrarlas o apropiárselas", dijo Sosa.
La incautación de la UCA sigue a una intensificación de la represión del presidente Daniel Ortega contra la Iglesia católica de Nicaragua, cuyos líderes actuaron como mediadores tras las protestas de 2018.
Responsables del Vaticano ven la opresión de la Iglesia en Nicaragua como una de las peores desde la Guerra Fría, cuando muchos países comunistas de Europa del Este persiguieron a la Iglesia.
En su carta, Sosa pidió el fin de la "agresión gubernamental" contra la UCA, de 63 años, diciendo que su misión, como la de todas las universidades jesuitas, es defender la justicia, la verdad y el libre pensamiento y ofrecer una educación abierta y democrática.
(Reporte de Philip Pullella; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)