Por Isla Binnie
ROMA (Reuters) - El papa Francisco quitó los derechos y privilegios del exlíder de la Iglesia católica en Escocia, el cardenal Keith O'Brien, dos años después de que renunciara tras admitir conductas sexuales inapropiadas con sacerdotes jóvenes décadas atrás.
El Vaticano dijo el viernes que O'Brien, que en su momento fue el principal clérigo británico, mantendrá el título de cardenal pero ya no asesorará al Papa ni formará parte de los cónclaves para elegir a un nuevo líder de la Iglesia, que cuenta con 1.200 millones de fieles.
La Santa Sede dijo que la decisión del Papa fue tomada a petición del cardenal.
O'Brien inicialmente negó las acusaciones de conducta impropia hechas por tres sacerdotes y un exreligioso, pero luego admitió que su "conducta sexual cayó por debajo de los niveles" que se esperaban de él "como sacerdote, arzobispo y cardenal".
O'Brien renunció como arzobispo de St. Andrews y Edimburgo en 2013, poco después de la sorprendente renuncia del papa Benedicto XVI.
Prometió no participar en la vida pública de la Iglesia de Escocia y no participó en el cónclave que eligió al cardenal argentino Jorge Bergoglio como nuevo pontífice.
El Vaticano llevó a cabo una investigación del caso.
O'Brien, quien criticó ferozmente a los homosexuales durante su carrera, reiteró la disculpa que emitió cuando renunció y dijo: "Le agradezco al papa Francisco por su paternal cuidado de mí y de aquellos a los que ofendí de alguna manera".
En su declaración, publicada en el sitio web de la oficina de prensa de la Iglesia escocesa, dijo que pasaría el resto de su vida en el retiro y la oración.
La Iglesia católica en Escocia aceptó con beneplácito la decisión, pero SNAP, un grupo de víctimas de abuso sexual por sacerdotes, dijo que el fallo llegó tarde y que no era suficiente.
"¿Y qué pasa con sus colegas? ¿Ninguno sabía o sospechaba que O'Brien abusaba de otros? Eso es bastante difícil de creer", declaró SNAP en un comunicado.
Tras su renuncia, O'Brien dejó Escocia para un período de penitencia.
De ese modo, se convirtió en el religioso más importante en retirarse desacreditado por un escándalo sexual desde que se le ordenó al sacerdote Marcial Maciel, fundador de la orden de los Legionarios de Cristo, que se retirara de la vida pública en 2006 tras probarse que había abusado de seminaristas y hombres jóvenes.
El arzobispo Leo Cushley, que sucedió a O'Brien en la diócesis escocesa, dijo que las acciones de su predecesor "angustiaron a muchos, desmoralizaron a fieles católicos e hicieron a la Iglesia menos creíble ante quienes no son católicos".