Por Philip Pullella
CIUDAD DEL VATICANO, 4 oct (Reuters) - El papa Francisco pidió el miércoles a los líderes católicos que dejen de lado la política y trabajen para hacer que la Iglesia sea más acogedora para todos, al inaugurar una reunión mundial que, según los críticos conservadores, corre el riesgo de "envenenar" la fe.
En una homilía en la Plaza de San Pedro al inicio de la primera reunión mundial en cuatro años de líderes de la Iglesia, o sínodo, el papa dijo que los obispos deben evitar "estrategias humanas, cálculos políticos o batallas ideológicas".
"No estamos aquí para llevar a cabo una reunión parlamentaria o un plan de reforma", dijo en la homilía de la misa, a la que, según el Vaticano, asistió una multitud de 25.000 personas.
El sínodo no pretende "apartarse del patrimonio sagrado de la verdad recibida de los padres", dijo. Pero la Iglesia debe evitar convertirse en "una rígida, que se arma contra el mundo y mira hacia atrás" o en "una tibia, que se rinde a las modas del mundo".
Las puertas de la Iglesia deben estar "abiertas a todos, a todos, a todos", añadió.
Los críticos conservadores del papa se han vuelto cada vez más francos antes del sínodo, en el que se debatirán temas como el papel de la mujer, la aceptación de los católicos LGBT y el impacto del cambio climático en los pobres.
El cardenal Raymond Burke, un estadounidense afincado en Roma y que es uno de los principales críticos del papa, ha hecho un llamamiento para defenderse del "veneno de la confusión, el error y la división" que teme que pueda introducir el sínodo.
Por primera vez, las mujeres, entre ellas varias monjas, podrán votar, algo que los conservadores han impugnado diciendo que sólo los obispos deberían tener ese derecho.
Dos días antes del inicio del Sínodo, cinco de los 242 cardenales de la Iglesia revelaron que habían enviado una carta al papa exigiendo aclaraciones sobre la bendición de parejas del mismo sexo, el papel de la mujer y otras cuestiones.
En la misa del miércoles, el papa estuvo acompañado por la mayoría de los 21 nuevos cardenales a los que promovió al alto rango el sábado, una medida que consolida aún más su legado. Ya ha nombrado a casi tres cuartas partes de los electores que tendrán derecho a votar por su eventual sucesor.
Los líderes de la Iglesia llevan dos años preparando el Sínodo, de un mes de duración, y pidiendo a los católicos de todo el mundo que compartan su visión del futuro de la Iglesia.
El papa ha decidido incluir a unos 70 laicos, la mitad de ellos mujeres, junto a los cardenales y obispos, entre los 365 "miembros" con derecho a voto del sínodo.
Los debates se prolongarán durante este mes y se reanudarán en octubre de 2024. A continuación habrá un documento papal, probablemente en 2025, lo que significa que los cambios en la doctrina de la Iglesia, si los hay, tardarían mucho en producirse.
Los conservadores han atacado el concepto mismo de este sínodo, afirmando que cualquier debate sobre cuestiones doctrinales debe venir de arriba y que los laicos no ordenados no deben tener voz ni voto. En la Iglesia Católica sólo pueden ordenarse hombres.
(Reporte adicional de Alvise Armellini; Editado por Javier López de Lérida)