Por Carlos Ruano
MADRID (Reuters) - La división del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) volvía a hacerse patente el lunes a pocas horas de la reunión que mantendrán el presidente de la gestora del partido y el grupo parlamentario mientras dirimen si permiten un gobierno del actual presidente en funciones, Mariano Rajoy, o enfrentan unas terceras elecciones que podrían desangrar aún más al partido.
El presidente de la junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, uno de los "barones" que con más vehemencia ha defendido que el partido debía pasar a la oposición y permitir un gobierno en minoría que ponga fin a casi diez meses de bloqueo institucional, reafirmó el lunes su postura.
"Dijimos no a Rajoy, no a un gobierno con independentistas y no a unas terceras elecciones, y eso es un imposible que nos ha conducido hasta aquí", dijo en una entrevista con la cadena Ser.
Fernández Vara dijo que, pese a que "nadie en el PSOE" quiere que Rajoy sea presidente, "no hay alternativa".
En sentido similar se expresaba el número dos del PSOE andaluz, Juan Cornejo: "Tan importante es gobernar como liderar la oposición", dijo tras reiterar que el país no puede permitirse unas terceras elecciones en un año.
Las declaraciones de los dos socialistas se producen después de que el reforzado responsable del Partido Socialista de Cataluña (PSC), Miquel Iceta, reiterase que el partido debe mantenerse en su "no" a una investidura de Mariano Rajoy y amenazase con romper la disciplina de voto si finalmente el PSOE decide permitir un nuevo gobierno del PP.
"Yo defendía un gobierno alternativo, pero ya es imposible. Entre Rajoy y terceras elecciones, (prefiero) terceras elecciones", dijo Iceta tras revalidar el sábado su liderazgo en el PSC al conseguir el 54 por ciento de los votos en primarias.
El partido que más ha gobernado España en democracia vive una crisis sin precedentes que tocó cumbre el primero de octubre con una forzada dimisión de su líder, Pedro Sánchez, tras constatar que no contaba con apoyos en su partido para intentar un gobierno alternativo de izquierdas y que, por el contrario, buena parte de sus compañeros abogaban por pasar a la oposición y evitar nuevas elecciones.
Aunque los partidarios del "no" a Rajoy piden al partido que consulte a las bases, el reloj corre para unos nuevos comicios que los sondeos solo apuntan favorables para el PP y resta capacidad de maniobra a los socialistas.
Si se cumple lo previsto, el Comité Federal de los socialistas deberá decidir el domingo si finalmente se facilita un gobierno de Rajoy.
El lunes el Rey volverá a sentarse con los líderes de los grupos parlamentarios para sondear la posibilidad de una investidura o definitivamente llamar de nuevo a las urnas en diciembre.
Se especula con que la división de los socialistas podría propiciar fórmulas alternativas de investidura desde la ausencia de diputados en la votación a una ruptura de la disciplina de voto, pero si no se quiere volver al mismo escenario en unos meses, probablemente deban mostrarse en breve abiertos a consensuar unos presupuestos sin los que la gobernabilidad sería un espejismo.
El Ejecutivo en funciones de Mariano Rajoy acaba de remitir a Bruselas unas proyecciones para 2017 que incluyen un incumplimiento de los objetivos de déficit por medio punto del PIB al basarse simplemente en una prórroga de las cuentas de 2016.
En el informe, España reconoce que el próximo gobierno deberá tomar medidas para corregir un desfase que ronda los 5.000 millones de euros.
Un hipotético gobierno en minoría del PP no podría aprobar los presupuestos sin el apoyo de los socialistas.