MADRID (Reuters) - El religioso español Miguel Pajares, repatriado la semana pasada desde Liberia tras enfermar de ébola en el peor brote de esta enfermedad, falleció el lunes en el hospital madrileño en el que estaba ingresado, dijo la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.
Pajares, de 75 años, murió alrededor de las 9 de la mañana en el Hospital Carlos III, donde estaba aislado y se le estaba administrando el medicamento experimental ZMapp, con el que se está tratando también a dos estadounidenses repatriados a su país..
El cadáver del religioso, que fue el primer europeo enfermo de ébola en ser repatriado tras el brote registrado en cuatro países del oeste de África, será incinerado para simplificar un complejo protocolo que ha de aplicarse para cadáveres cuya manipulación represente un riesgo sanitario.
La legislación aplicable - usada también para otras enfermedades como cólera, rabia o peste - impide el traslado fuera de la Comunidad de Madrid.
El cadáver, al que no se le ha realizado la autopsia, salió a primera hora de la tarde hacia un tanatorio madrileño donde será incinerado, dijeron responsables de prensa de la Consejería de Sanidad madrileña.
El traslado del cuerpo, según el protocolo que marca la ley para estos casos de riesgo, supone el empleo de un féretro especial que debe ir sellado y que además debe tener un dispositivo para equilibrar la presión interior y exterior.
La ley exige que el féretro de traslado contenga otro féretro interior de zinc u otro material autodestructible o que el féretro exterior tenga un recubrimiento interior de este material.
LABOR HUMANITARIA
La otra religiosa repatriada la semana pasada junto con Pajares, Juliana Bohí, sigue ingresada en el mismo hospital como medida de precaución tras no mostrar síntomas de la enfermedad por el momento.
La ONG San Juan de Dios, para la que trabajaba el religioso, agradeció el trato dado al sacerdote y elogió la labor humanitaria del fallecido.
El sacerdote había trabajado en un hospital del país de África Occidental, donde el brote de ébola ha causado más de 1.000 muertos, de acuerdo con los datos facilitados el lunes por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Varios compañeros suyos, la última la hermana Chantal Pascaline Mutwamene, han fallecido también tras contagiarse por estar atendiendo a enfermos en el Hospital San José de Monrovia.
Este es el peor brote del virus en la historia, y la OMS ha afirmado que representa una urgencia sanitaria internacional que seguirá extendiéndose durante meses.
A la cifra de muertos registrada hasta el momento se suman más de 1.800 enfermos por una enfermedad que no tiene vacuna ni cura. El fármaco experimental ZMapp recibió el martes luz verde de la OMS para su uso en África.