Por Kate Abnett
BRUSELAS (Reuters) - El sur de Europa se prepara para un verano de sequía feroz: algunas regiones ya sufren escasez de agua y los agricultores prevén sus peores cosechas en décadas.
A medida que el cambio climático hace que la región sea más cálida y seca, los años de sequía consecutiva han agotado las reservas de agua subterránea. Los suelos se han secado en España y el sur de Francia. El bajo nivel de los ríos y embalses amenaza la producción hidroeléctrica de este verano.
Ante la subida de las temperaturas en verano, los científicos advierten que Europa se encamina hacia otro verano brutal, después de sufrir el más caluroso jamás registrado el año pasado, el cual alimentó una sequía que, según los investigadores de la Unión Europea, fue la peor en al menos 500 años.
En lo que va de año, la situación es más grave en España.
"La situación de sequía va a empeorar este verano", afirma Jorge Olcina, catedrático de Análisis Geográfico de la Universidad de Alicante, en España.
A estas alturas, tampoco hay muchas posibilidades de que las lluvias resuelvan la sequía subyacente. "En esta época del año, lo único que podemos tener son tormentas puntuales y locales, que no van a solucionar el déficit de precipitaciones", dijo Olcina.
En busca de ayuda urgente de la UE, el ministro español de Agricultura, Luis Planas, advirtió que "la situación derivada de esta sequía es de tal magnitud que sus consecuencias no podemos abordarlas únicamente con fondos nacionales", según una carta enviada el 24 de abril a la Comisión Europea y a la que Reuters tuvo acceso.
TENDENCIA AL CAMBIO CLIMÁTICO
El sur de Europa no es el único que sufre este año una grave escasez de agua. El Cuerno de África está registrando su peor sequía en décadas, mientras que una sequía histórica en Argentina ha asolado los cultivos de soja y maíz.
El aumento de la frecuencia y la gravedad de las sequías en la región mediterránea, donde la temperatura media es 1,5 ºC superior a la de hace 150 años, coincide con las previsiones de los científicos sobre el impacto del cambio climático en la región.
"En cuanto a la señal del cambio climático, coincide en gran medida con lo que prevemos", afirma Hayley Fowler, catedrática de Impactos del Cambio Climático de la Universidad de Newcastle.
A pesar de estas previsiones, los preparativos van con retraso. Muchas regiones agrícolas aún no han adoptado métodos de ahorro de agua, como el riego de precisión, ni han cambiado a cultivos más resistentes a la sequía, como el girasol.
"Los Gobiernos llegan tarde. Las empresas llegan tarde", afirma Robert Vautard, climatólogo y director del Instituto Pierre-Simon Laplace de Francia. "Algunas empresas ni siquiera piensan en cambiar el modelo de su consumo, solo intentan encontrar algunas tecnologías milagrosas que aporten agua", añadió.
Francia está saliendo de su invierno más seco desde 1959, con alertas de "crisis" por sequía ya activadas en cuatro prefecturas departamentales, que restringen las extracciones de agua no prioritarias, incluso para la agricultura, según la web gubernamental Propluvia.
También Portugal está experimentando una llegada temprana de la sequía. Alrededor del 90% del territorio continental sufre sequía, y la sequía grave afecta a una quinta parte del país, casi cinco veces la superficie registrada un año antes.
En España, donde en el mes de abril de este año ha llovido menos de la mitad de la media, miles de personas dependen de los camiones cisterna para obtener agua potable, y algunas regiones, como Cataluña, han impuesto restricciones de agua.
Algunos agricultores ya han informado de pérdidas de hasta el 80% de sus cosechas, entre ellas las de cereales y oleaginosas.
"Se trata de la peor pérdida de cosecha en décadas", afirma Pekka Pesonen, presidente del grupo agrícola europeo Copa-Cogeca. "Es peor que la situación del año pasado".
España es responsable de la mitad de la producción comunitaria de aceitunas y de un tercio de la de fruta, según la Comisión.
En un momento en que sus embalses se encuentran a una media del 50% de su capacidad, el país destinó la semana pasada más de 2.000 millones de euros (2.200 millones de dólares) a fondos de respuesta de emergencia. El país sigue a la espera de una respuesta de la Comisión Europea a su petición de movilizar 450 millones de euros del presupuesto de subvenciones agrícolas del bloque.
La Comisión ha declarado que sigue de cerca la situación.
"La grave sequía en el sur de Europa es especialmente preocupante, no solo para los agricultores, sino también porque puede hacer subir los precios al consumo, ya de por sí muy elevados, si la producción de la UE es significativamente menor", dijo Miriam García Ferrer, portavoz de la Comisión.
En Italia podrían surgir dificultades similares, ya que hasta el 80% del suministro de agua del país se destina a la agricultura. Ante la escasa capa de nieve de las montañas y la baja humedad del suelo de este año, los agricultores italianos planean reducir la superficie sembrada de cultivos de verano en un 6% respecto a la del año pasado, según los datos nacionales sobre intenciones de siembra.
Tras dos años de escasez de agua, algunas zonas del norte de Italia empezaron el mes de mayo con un déficit del 70% en las reservas de agua de la nieve y del 40% en la humedad del suelo, según Luca Brocca, director de investigación del Consejo Nacional de Investigación de Italia.
Con el suelo tan reseco, la lluvia, cuando llega, no llega a empapar, con consecuencias devastadoras. Las autoridades italianas informaron el miércoles que al menos tres personas habían muerto en las inundaciones de la región italiana de Emilia Romagna, donde se prevé que las lluvias continúen durante varias horas.
(1 dólar = 0,9084 euros)
(Reporte de Kate Abnett; edición de Katy Daigle y Sharon Singleton; editado en español por Flora Gómez)