El jueves, el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) actualizó la magnitud del terremoto que sacudió cerca de Ferndale, California, elevándola a 7,0 desde la estimación inicial de 6,6. El temblor ocurrió a una profundidad de 10 kilómetros, o aproximadamente 6,21 millas bajo la superficie terrestre. En respuesta a este significativo evento sísmico, el Centro Nacional de Tsunamis de EE.UU. ha emitido una alerta de tsunami para la región.
El epicentro del terremoto se ubicó a 99,78 kilómetros al oeste-suroeste de Ferndale y ocurrió a las 10:44 hora local. La alerta ha provocado advertencias de tsunami a lo largo de la costa oeste de EE.UU., incluyendo la ciudad de Eureka, que se encuentra a más de 402,34 kilómetros al norte de San Francisco. La posibilidad de olas de tsunami ha llevado a evacuaciones, particularmente en áreas bajas como el distrito costero del Embarcadero de San Francisco, donde se ha visto a trabajadores de oficina abandonando sus edificios hacia zonas más elevadas.
Este terremoto supera en magnitud al sismo de Loma Prieta que sacudió el Área de la Bahía de San Francisco el 17.10.1989. Aquel evento fue un terremoto de magnitud 6,9 que resultó en 63 fallecimientos, cortes de energía generalizados y daños significativos en infraestructuras, incluyendo el colapso de una autopista elevada y parte del Bay Bridge.
El terremoto de magnitud 7,0 cerca de Ferndale también evoca recuerdos del sismo más devastador en la historia de San Francisco, ocurrido el 18.04.1906. La ruptura de la Falla de San Andrés provocó una extensa destrucción, con incendios que ardieron durante días, más de 3.000 muertes, alrededor de 28.000 edificios destruidos y más de la mitad de la población de la ciudad quedó sin hogar. La catástrofe de 1906 es un claro recordatorio de los riesgos sísmicos que enfrenta la región.
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