CIUDAD DEL VATICANO (Reuters) - Los salvadoreños podrían ver la beatificación del arzobispo Óscar Romero, asesinado en 1980 por un escuadrón de la muerte derechista, como una oportunidad para buscar la reconciliación en un país plagado de violencia, dijo esta semana un alto cargo del Vaticano.
El Papa Francisco determinó el martes que Romero, que se convirtió en un icono del progresismo en la Iglesia católica en América Latina tras su asesinato, murió como un mártir y será beatificado, último paso antes de la santidad.
Al menos 75.000 personas murieron en los 12 años de guerra civil que terminó con un acuerdo de paz en 1992, pero El Salvador aún sufre altos niveles de violencia.
"Creo que Romero puede ayudar a unir sectores de la sociedad que aún están enfrentados", dijo el arzobispo Vincenzo Paglia, el funcionario que es el principal promotor de la causa para santificar a Romero, en una rueda de prensa el miércoles.
"El martirio de Romero dio sentido y fuerza a tantas familias salvadoreñas que perdieron parientes y amigos durante la guerra civil. Su recuerdo se convirtió rápidamente en el recuerdo de las otras víctimas, tal vez menos ilustres, de la violencia", agregó.
"El mundo ha cambiado mucho desde aquel lejano 1980, pero aquel pastor de un pequeño país de América Central habla más fuerte", afirmó.
Monseñor Jesús Delgado, el que fue asistente de Romero cuando fue asesinado durante una misa, dijo que esperaba que la beatificación aconsiga alentar "a todos los salvadoreños a superar cada división política, social y económica".
El Salvador tiene la tercera tasa mayor de asesinatos del mundo, con 41,2 homicidios por cada 100.000 personas, según Naciones Unidas.
Según un estudio, alrededor de 73.000 personas murieron en El Salvador desde el fin de la guerra civil, casi el mismo número de quienes perdieron la vida durante el conflicto.
Se espera que la ceremonia de beatificación se lleve a cabo en unos pocos meses en la capital, San Salvador. El Papa ya dijo que no viajará al país para esa fecha y que la realizará un representante del Vaticano.
(Informacióm de Philip Pullella. Traducido por la mesa de Santiago de Chile. Editado por Tamara Fariñas Rivas.) 2015-02-07T100339Z_1007080001_LYNXMPEB1602W_RTROPTP_1_OESEN-RELIGION-ELSALVADOR.JPG