ROMA (Reuters) - El Vaticano pidió el martes a los líderes religiosos musulmanes que condenen los "actos criminales atroces" cometidos por los activistas del Estado Islámico que han tomado una serie de ciudades en el norte de Irak, forzando a decenas de miles de cristianos y yazidís a huir de sus casas.
"Ninguna causa, y ciertamente ninguna religión, pueden justificar tal barbaridad", dijo el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso del Vaticano, una oficina creada para promover el contacto con otras fes, en un comunicado.
Añadió que los apuros de cristianos, de los miembros de la antigua secta yazidí y otras religiones y minorías de Irak exigía "un postura clara y valiente por parte de los líderes religiosos, especialmente los musulmanes".
"Todos deben ser unánimes al condenar estos crímenes y al denunciar el uso de la religión para justificarlos", dijo. "Si no ¿qué credibilidad tendrán las religiones, sus seguidores y sus dirigentes?", añadió.
El rápido avance de los yihadistas suníes del Estado Islámico y el trato brutal infligido a los chiíes, además de a los cristianos y a los yazidíes, ha ocasionado una reacción espantosa en los países occidentales y llevado a Estados Unidos a lanzar ataques aéreos limitados contra los extremistas.
La petición del Vaticano llega cuando la máxima autoridad religiosa de Egipto, el gran mufti Shawqi Allam, condenaba al Estado Islámico como una organización corrupta y extremista que está dañando el islam.
El papa Francisco, que parte el miércoles en visita a Corea, ha condenado repetidamente la violencia en Irak en los últimos días, declarando el domingo que "ofenden profundamente a Dios y a la humanidad".
El Estado Islámico, que ve a los chiíes como herejes que merecen la muerte, ha tomado una serie de localidades en el norte de Irak, en un rápido avance que ha sacudido al Gobierno iraquí y ha llevado a decenas de miles de personas a huir.
El grupo ha declarado un gobierno religioso en un califato que se extiende por Siria e Irak. Ha ofrecido a los cristianos locales y a miembros de la secta yazidí, a quienes llama "seguidores del diablo", la opción de convertirse al islam si no quieren morir.