Por Scott Malone
FERGUSON EEUU (Reuters) - A medida que caía la noche en Ferguson, Missouri, la multitud de varios cientos de personas que protestaba por el fallecimiento por disparos de la policía de un adolescente negro desarmado cambiaba rápida y radicalmente.
La multitud se reduce ya que muchas de las personas de más edad se van y los cánticos dejan paso a los gritos de jóvenes enfadados que marchan contra una barrera formada por policías fuertemente armados que bloquea la calle.
Al final de otra noche de violencia, 31 personas fueron arrestadas, lo que marca el último estallido de ira en el suburbio de St. Louis, donde las convocatorias de protestas pacíficas se han visto superadas por episodios de saqueos, incendios y enfrentamientos con la policía.
La policía aún no ha hecho públicos los informes de las detenciones, dejando abierta la pregunta de quién es el responsable de los estallidos de violencia y saqueos nocturnos. Algunos no se han esforzado por cubrirse la cara y otros han cargado contra tiendas con el pecho descubierto, las camisetas enrolladas sobre sus caras y gorras de béisbol encajadas hasta las cejas.
A veces, los elementos más violentos se esconden en callejones, saliendo para lanzar piedras o botellas antes de volver a desaparecer. Otros son detenidos y puestos bajo custodia.
La policía ha luchado para contener la violencia surgida en Ferguson después de que un policía blanco asesinase a un adolescente negro desarmado, Michael Brown, hace 10 días.
Líderes de derechos civiles y la policía - en desacuerdo sobre gran parte de lo que ha sucedido en este pequeño suburbio de mayoría negra de St. Louis - están de acuerdo en al menos una hipótesis: muchos de los perpetradores no son residentes.
"He dicho que muchos de los elementos delictivos que han estado viniendo a Ferguson no son de esta zona. Esta noche (por anoche), algunos de los detenidos procedían de lugares tan lejanos como Nueva York y California", dijo el capitán de la patrulla de carreteras estatal, Ron Johnson, en una rueda de prensa a primera hora del martes.
Quien está detrás de la violencia, y líderes locales y de derechos parecieron de nuevo el lunes incapaces de controlar por completo a los elementos más violentos de la multitud.
A medida que la patrulla de carreteras de Missouri, que ha sido puesta a cargo de la seguridad de la zona, disparó cañones de sonido para hacer retroceder a los manifestantes, un puñado de predicadores locales pidieron a la masa que siguiese sus órdenes.
"Dios nos dijo en la Biblia que obedezcamos la ley de la tierra", dijo Elder Jimmy Burchfield, de St. Louis City, que había ido a Ferguson con la esperanza de ayudar a calmar la situación. "Cuando cometemos un error y tenemos que ser arrestados, tenemos que ser arrestados".
Aunque la mayoría siguió la petición, un pequeño grupo se reunió a unos metros de distancia, cerca del lugar donde se destruyó una gasolinera en la primera noche de disturbios hace más de una semana, lanzando piedras a la policía y rompiendo cristales.
Varios espectadores, que declinaron dar sus nombres, dijeron que creían que muchos de los que formaban ese grupo de hombres y mujeres adolescentes y veinteañeros, en su mayoría negros, eran de fuera de la ciudad y estaban buscando pelea.
Otros dijeron que la composición de la multitud que se manifiesta había cambiado en los últimos 10 días. Lo que comenzó con los locales cometiendo delitos de oportunidad, como saqueos, más tarde atrajo a forasteros con poca o ninguna conexión con la comunidad.