MADRID (Reuters) - La corrupción institucional centró el miércoles el primer discurso navideño del rey Felipe VI, pero sin referencias a su hermana Cristina, quien tiene que responder ante la Justicia por supuesto fraude fiscal.
El monarca, que asumió el trono en junio tras casi 40 años de reinado de Juan Carlos I, dijo entender la indignación y el desencanto de la ciudadanía hacia un problema que los españoles citan entre sus principales preocupaciones.
"Pocos temas como éste suscitan una opinión tan unánime. Debemos cortar de raíz y sin contemplaciones la corrupción", dijo el rey desde Zarzuela, rodeado de fotos con la reina Letizia y sus dos hijas.
"La honestidad de los servidores públicos es un pilar básico de nuestra convivencia en una España que todos queremos sana, limpia", añadió.
Felipe VI dijo que España, donde en los últimos años han salido a la luz reiterados casos de corrupción en el ámbito político y empresarial, necesitaba una "profunda regeneración".
"Los ciudadanos necesitan estar seguros de que el dinero público se administra para los fines legalmente previstos; que no existen tratos de favor por ocupar una responsabilidad pública; que desempeñar un cargo público no sea un medio para aprovecharse o enriquecerse", dijo.
El discurso llega en la misma semana en que la infanta Cristina, su hermana, ha sido acusada formalmente de cooperar en los delitos fiscales presuntamente cometidos por su marido, Iñaki Urdangarin, al que se atribuye un enriquecimiento ilícito valiéndose de su condición de yerno del rey Juan Carlos I.
La prensa había especulado con la posibilidad de que el monarca, que asumió el trono en medio de los peores índices de aprobación de la institución monárquica entre los españoles, se refiriera a su hermana, la primera integrante de la realeza española que se sentará en el banquillo.
Como monarca, Felipe VI ha anunciado que renovará la Corona, con medidas como la prohibición de los miembros de la Familia Real de trabajar en el sector privado o la eliminación de los gastos de representación a los que tenían derecho sus dos hermanas.
CATALUÑA Y ECONOMÍA
El rey hizo referencia también a las dificultades económicas que sufren el país, que se recupera levemente de una crisis surgida en 2008 que ha dejado en el paro a uno de cada cuatro españoles.
"Los índices de desempleo son todavía inaceptables y frustran las expectativas de nuestros jóvenes y de muchos más hombres y mujeres que llevan tiempo en el paro. Es cierto que nuestras empresas son punteras en muchos sectores en todo el mundo; pero también lo es que nuestra economía no ha sido capaz, todavía, de resolver de manera definitiva este desequilibrio fundamental", dijo el rey en un discurso que fue por primera vez difundido a través de la red social Twitter.
Cataluña, donde en noviembre pasado se celebró una consulta independentista no vinculante, fue el tercer tema al que se refirió Felipe VI, que dijo que el auge soberanista registrado en la región no se debía sólo a economía o intereses, sino sobre todo, a "sentimientos".
"Millones de españoles llevan, llevamos, a Cataluña en el corazón. Como también para millones de catalanes los demás españoles forman parte de su propio ser. Por eso me duele y me preocupa que se puedan producir fracturas emocionales, desafectos o rechazos entre familias, amigos o ciudadanos. Nadie en la España de hoy es adversario de nadie", señaló.
"Los desencuentros no se resuelven con rupturas emocionales o sentimentales. Hagamos todos un esfuerzo leal y sincero, y reencontrémonos en lo que nunca deberíamos perder: los afectos mutuos y los sentimientos que compartimos", dijo, pidiendo un respeto a la Constitución y la construcción de un proyecto de país que respete la pluralidad del Estado.
"No son retos fáciles. Pero lo vamos a superar, sin duda; estoy convencido de ello. Tenemos capacidad y coraje de sobra", concluyó.