PARÍS (Reuters) - Francia pedirá al fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) que abra una investigación sobre los crímenes de guerra que a su juicio han cometido las fuerzas sirias y rusas en Alepo oriental.
El ministro de Exteriores galo, Jean-Marc Ayrault, también dijo que el presidente francés, François Hollande, no recibiría a su homólogo ruso, Vladimir Putin -cuando este visite París el 19 de octubre- para limitarse a intercambiar "cumplidos".
Estas declaraciones llegan después de que una resolución impulsada por Francia en el seno del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas fuese rechazada el pasado fin de semana por el veto de Rusia.
Desde el colapso de los esfuerzos para alcanzar un alto al fuego en septiembre, aviones de guerra sirios y rusos han lanzado su mayor ofensiva sobre los sectores de Alepo controlados por los rebeldes, en una batalla que podría convertirse en el punto de inflexión de una guerra que dura ya cinco años.
"Estos bombardeos, como dije en Moscú, son crímenes de guerra", declaró Ayrault en una entrevista en la emisora de radio France Inter. "Ello incluye a todos los que son cómplices de lo que está pasando en Alepo, incluidos los líderes rusos", añadió el responsable de la cartera diplomática francesa.
"Nos pondremos en contacto con el fiscal de la CPI para ver cómo podemos poner en marcha estas investigaciones", dijo Ayrault.
El secretario de Estado estadounidense John Kerry también pidió una investigación sobre crímenes de guerra la semana pasada.
"Es muy peligroso jugar con esas palabras porque los crímenes de guerra también pesan sobre los hombros de los oficiales norteamericanos", dijo la portavoz del Mnisterio de Exteriores ruso, Maria Zakharova, en declaraciones recogidas por la agencia RIA.
No obstante, no está claro cómo podría proceder la CPI, dado que Siria no es miembro de la Corte y por lo tanto este tribunal carece de jurisdicción sobre los crímenes cometidos en el país.
Aparentemente la única vía posible para el caso sería a través del proyecto de resolución francés en el Consejo de Seguridad para que la Corte Penal Internacional (CPI) investigara los crímenes de guerra perpetrados en Siria, que Moscú y Pekín vetaron en mayo de 2014.