Por Michael Georgy
MOSUL, Irak (Reuters) - Las fuerzas especiales iraquíes que luchan contra el Estado Islámico en el este de Mosul mataron a casi 1.000 milicianos, aunque los combates se desaceleraron porque las tropas oficiales se enfrentan a un enemigo móvil que se camufla entre miles de civiles en la ciudad, dijo una fuente militar de alto rango.
Seis semanas después de iniciada la ofensiva, las fuerzas de Irak han capturado casi la mitad de Mosul oriental, avanzando de un distrito a otro en medio de francotiradores, atacantes suicidas y coches bomba de los yihadistas.
Las fuerzas especiales registraban a cientos de residentes en la ciudad, quienes levantaban sus camisetas uno por uno para demostrar que no llevaban bombas adheridas a sus cuerpos, en medio del temor iraquí a la amenaza de Estado Islámico, incluso en áreas bajo control oficial.
Como parte de un proceso de "limpieza de yihadistas" en cada vecindario del estratégico bastión del Estado Islámico que es Mosul, los hombres después entregaban sus identificaciones a las autoridades para que revisaran sus identidades en una base de datos que detalla nombres de miembros del grupo que están siendo buscados.
Cada vez que las fuerzas iraquíes capturan un área de Mosul en su ofensiva contra el Estado Islámico, puede llevar hasta una semana asegurar que la zona está libre de milicianos del grupo radical.
Algunos se esconden en la red de túneles que han construido, mientras otros se entremezclan con los miles de civiles desplazados o permanecen en las sombras como células latentes en los densamente poblados vecindarios de la ciudad de más de un millón de habitantes.
Las fuerzas de seguridad de Irak informaron que capturaron una amplia zona al este de Mosul en la mayor operación terrestre en el país desde la invasión liderada por Estados Unidos que derrocó a Sadam Husein en 2003.
Los líderes iraquíes esperan que la campaña en Mosul traiga estabilidad tras años de sangrienta violencia sectaria después de la llegada al país en 2014 del grupo suní de línea ultradura. Si bien los iraquíes parecen confiar en la victoria, ciertos retrocesos sugieren que el Estado Islámico todavía implica una amenaza.
Al enterarse por los propios pobladores que milicianos del Estado Islámico todavía estaban en áreas recapturadas por el Gobierno, oficiales de las fuerzas especiales y de inteligencia ordenaron a los residentes reunirse en una plaza con documento e identificación.
"Levántese la camisa ahora", le gritó un oficial a un hombre, totalmente consciente de que los atacantes suicidas son una de las armas más efectivas del Estado Islámico. Los residentes, aguardaban en fila mientras se oían sus nombres y, cada tanto, se escuchaba de fondo un mortero explotando o un tiroteo en las cercanías.
Sentados frente a ordenadores, los responsables de las fuerzas especiales comparaban los nombres de las identificaciones con una larga lista de "buscados".
"Hay unos 39.000 hombres buscados en Irak", dijo Mohamed Ali, un responsable de Seguridad Nacional. Cerca de un 80 por ciento son "terroristas", término que usan las fuerzas iraquíes para describir a los miembros del Estado Islámico y a otros milicianos.