Por Martin Langfield
NUEVA YORK, 24 dic (Reuters Breakingviews) - El giro a la derecha de América Latina enfrentará pruebas difíciles en lospróximos meses. Varios países en la región han rechazado elpopulismo de izquierda como reacción a la ineptitud económica delos líderes.
Pero si sus sucesores pro-negocios ocasionan todo el dolorde la austeridad sin un crecimiento decente, enfrentarán unarenovada oposición, ya sea en las urnas o en las calles.
El presidente de Argentina, Mauricio Macri, asumió endiciembre de 2015 con la promesa de arreglar el daño causado porsu antecesora estatista, la peronista Cristina Fernández, quienaumentó mucho el gasto público.
Macri no esquivó las medidas duras, pues levantó loscontroles cambiarios y comerciales y recortó el gasto público,desatando protestas recurrentes.
Pero el crecimiento no repuntó como el Gobierno habíaprometido. Los economistas encuestados por el banco central ennoviembre estiman que el producto interno bruto (PIB) secontraerá 2 por ciento en 2016. Eso podría revertirse paramostrar una expansión de 3,2 por ciento el próximo año, aunqueMacri necesita que la reactivación empiece rápido ya que enoctubre habrá elecciones legislativas.
Su contraparte en Brasil, Michel Temer, ha estado impulsandouna dosis similar de ortodoxia económica desde que tomó lasriendas cuando fue impugnada su antecesora de izquierda, DilmaRousseff, en agosto. Él tratará de que el Congreso apruebereformas impopulares del insostenible sistema de pensiones delpaís en 2017, una plataforma clave en su intento por restaurarla confianza de los inversores.
Esos tragos amargos serían endulzados con una recuperacióndespués del enorme declive bajo la gestión de Rousseff, pero loseconomistas estiman que el PIB crecerá menos de 1 por ciento en2017. Si Temer no puede mostrar resultados, algún candidato depensamiento parecido, con una visión empresarial, podría tenerdificultades en las elecciones presidenciales de 2018.
Chile podría dar la mayor sorpresa. El país ostenta unduopolio histórico de coaliciones de centroizquierda ycentroderecha que son ambas fiscalmente prudentes. Pero existeun riesgo de que esto pueda deshilvanarse en las eleccionespresidenciales y legislativas del país en noviembre.
Si el vuelco de la región hacia la derecha se mantiene, elex presidente conservador Sebastián Piñera sucederá a lasaliente Michelle Bachelet, una moderada de izquierda. Pero alos partidos independientes les fue inusualmente bien en laselecciones locales de octubre y los chilenos están cada vez másdesencantados de los políticos convencionales de todas lastendencias.
Eso podría abrir las puertas a algún político opuesto alsistema establecido, como el senador de izquierda AlejandroGuillier.
El populismo es dañino, ya sea de izquierda o derecha. Elfallecimiento del cubano Fidel Castro dejó atrás a cierto tipode salvador autodesignado. Latinoamérica, como el resto delmundo, necesita menos fanfarrones autoritarios, no más.
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(El autor es columnista de Reuters Breakingviews. Las opinionesexpresadas son personales.)