Por George Georgiopoulos y Angeliki Koutantou
ATENAS (Reuters) - Grecia y la Unión Europea mantenían su pugna el jueves, cuando el Gobierno heleno dijo que no se dejaría "chantajear" por sus socios de la Unión Europea, mientras que el responsable de Economía del bloque afirmaba que Atenas debía respetar los compromisos de pago contraído para solucionar la crisis de deuda.
En un intento de tranquilizar a los griegos después de que el Banco Central Europeo cancelara repentinamente su aceptación de bonos griegos a cambio de financiación, Atenas dijo que su sistema financiero era seguro dado que los bancos habían tenido acceso a fondos de emergencia del banco central.
Los bancos griegos han recibido luz verde para utilizar 10.000 millones de euros adicionales en fondos de emergencia por encima del actual tope si es necesario, dijo un responsable gubernamental griego, mientras que el Banco Central dijo que la decisión no afectaría a la liquidez y estabilidad del sistema bancario.
Pero las autoridades griegas insistieron en que Atenas no tenía planes de dar marcha atrás a sus promesas de acabar con la austeridad, que el primer ministro Alexis Tsipras dice que ha desencadenado una crisis humanitaria en Grecia.
"Grecia no tiene intención de chantajear a nadie, pero tampoco se dejará chantajear", dijo un portavoz gubernamental, añadiendo que Atenas respetaría el "mandato popular" que consiguió en las elecciones del mes pasado.
"La decisión del BCE (..) es un acto de presión política para alcanzar un acuerdo con rapidez", añadió.
Mientras, el comisario de Economía de la Unión Europea, Pierre Moscovici, dijo que los demás miembros del bloque de países estaban dispuestos a trabajar con el nuevo Gobierno griego para mantener a Atenas dentro de la zona euro, pero subrayó que se deben respetar los compromisos suscritos por el Ejecutivo anterior en el marco del rescate internacional del país.
Tsipras y su ministro de Economía, Yanis Varoufakis, han estado recorriendo Europa para conseguir el apoyo de socios a su plan por conseguir un alivio de la deuda y el fin de las políticas de austeridad, pero hasta ahora sólo han recibido advertencias de que no pretenda evitar los compromisos de pago pactados en el actual programa de rescate del país.
Varoufakis ha sido elogiado por algunos medios como una "superestrella", lo que sugiere una desconexión entre la respuesta de Europa y las expectativas locales.
Añadiendo presión sobre Grecia para alcanzar un acuerdo, un documento preparado por Berlín mostró que no aceptaría ningún esfuerzo de Atenas para dar marcha atrás en las reformas.
El paso dado por el BCE y la perspectiva de que Grecia se quede sin dinero si no se llega a un acuerdo hizo que los mercados y los bonos griegos se hundieran el jueves, cuando el principal índice bancario se dejaba un 22 por ciento.
El portavoz gubernamental Gabriel Sakellaridis trató de mostrar el movimiento del BCE como un esfuerzo del banco central para presionar a todos los países europeos a encontrar un acuerdo para rescatar Grecia, en lugar de mandar un mensaje exclusivamente a Atenas.
"Además, el Banco Central Europeo está poniendo presión en todas las partes, para que se pueda encontrar una solución rápidamente y que no concluyan las negociaciones y consultas de Grecia", dijo a la cadena de televisión griega Mega.
"Por nuestra parte, estamos claramente dispuestos a alcanzar un acuerdo que no viole el mandato popular que hemos recibido".
Tsipras tiene previsto presentar su programa de Gobierno el fin de semana, y hay una serie de ministerios que ya han insistido en que Atenas no abandonará sus promesas de subir el salario mínimo, frenar las impopulares privatizaciones y volver a contratar a los funcionarios despedidos sin motivo.
"No podemos ser chantajeados, simplemente porque acabamos de recibir un mandato popular", dijo el ministro de reformas administrativas, Georgios Katrougalos, a la cadena de televisión Antenna. "No queremos un enfrentamiento pero tampoco una sumisión", añadió.