Por Karolos Grohmann
(Reuters) - El entrenador del Bayern de Múnich, Pep Guardiola, resistió su primera gran crisis en el club alemán, después remontar la eliminatoria de Liga de Campeones aplastando al Oporto el martes, que les mete en semifinales.
En su segunda temporada como técnico del club bávaro, el español estaba en la cuerda floja después de su sorprendente derrota por 3-1 en el partido de ida disputado en Portugal la semana pasada.
Nunca antes ninguno de los equipos que ha entrenado ha perdido antes de semifinales en Champions, pero esa perspectiva parecía que podría materializarse.
Condenado al éxito, Guardiola dijo en repetidas ocasiones que era consciente de lo que tenía que conseguir en el cinco veces campeones de Europa, para quien un doblete de Liga y Copa de Alemania no es suficiente.
El entrenador llegó al Bayern después de que el club lograra un triplete en 2013 y las expectativas no han bajado desde entonces. La eliminación en semifinales de la temporada pasada pone mayor presión sobre el técnico para conseguir otro triplete este año.
Un desliz en Champions podría haber sido decisivo para el club y el entrenador, pero el español, que ganó 14 títulos en sus cuatro temporadas con el Barcelona, mejoró bajo condiciones adversas mostrando el mejor juego de esta temporada, incluso sin los lesionados Arjen Robben, Franck Ribéry, Bastian Schweinsteiger y David Alaba.
"Hace varios días sentí que avanzaríamos", dijo Guardiola después de que el Bayern marcase cinco goles en 26 minutos del primer tiempo.
"Es cuestión de vida o muerte y sé lo importante que era", dijo. "Sé que hay expectativas sobre mí en este equipo. Se trata simplemente de ganar como con el Barcelona".
Los aficionados están soñando con lograr el trofeo en suelo alemán, pues la final de junio se celebrará en Berlín, y Guardiola confía que el Bayern mejorará aún más con la incorporación progresiva de los jugadores lesionados.
"Podemos jugar incluso mejor", dijo en una clara advertencia a los contrincantes en la competición. "Después de la derrota en Oporto los jugadores fueron mis héroes. Ahora es fácil quererles".