Por Andre Paultre
PUERTO PRÍNCIPE, 15 mar (Reuters) - Haitianos usaron neumáticos en llamas, camiones y escombros para cortar algunas de las principales carreteras de Puerto Príncipe el lunes con el fin de protestar por la inseguridad que azota al país, tras la muerte de agentes de policía en una redada fallida en el bastión de una pandilla.
Los secuestros y asesinatos en el país más pobre de América se han multiplicado durante el último año a medida que las pandillas han ganado poder en medio de una crisis económica y política cada vez más profunda, e incluso se ha creado una gran federación de pandillas.
Al menos cuatro policías murieron y ocho resultaron heridos el viernes en un intento de redada en el barrio marginal Village de Dieu en la capital, donde a menudo se mantienen a las víctimas de secuestros y que se ha convertido en un área prohibida en los últimos años, dijeron las autoridades.
Videos que circulaban en las redes sociales mostraban a pandilleros arrastrando y golpeando los cuerpos de los oficiales de SWAT, sosteniendo armas pesadas, municiones y con los vehículos blindados que les robaron.
El presidente Jovenel Moise denunció los actos como "una declaración de guerra contra la sociedad" y pidió a las fuerzas de seguridad que sigan trabajando para liberar Village de Dieu, además de anunciar tres días de duelo nacional.
Sin embargo, los activistas de derechos humanos acusan al gobierno de fomentar la actividad de las pandillas. Los presuntos autores de las masacres que han tenido lugar durante su gobierno en los bastiones de la oposición permanecen libres y los casos en su contra parecen haberse estancado.
Si bien el gobierno acordó conseguir fondos, la fuerza policial de Haití sigue estando mal equipada y tiene poco personal para enfrentarse a las pandillas que han proliferado en los últimos años y han creado áreas segregadas en la capital.
La debacle del viernes sumó más combustible a los pedidos para que renuncie Moise, quien ha estado gobernando por decreto desde que el parlamento se disolvió hace más de un año.
Pero Moise culpa de los disturbios crónicos a la oposición y los oligarcas que, según él, quieren expulsarlo de manera antidemocrática. Dice que quiere reformar la constitución para garantizar el fin de la inestabilidad política que ha afectado a Haití desde el regreso de la democracia hace 35 años antes de celebrar nuevas elecciones parlamentarias.
Los críticos afirman que solo acumulará más poder a través de la reforma y parece estar tratando de instalar una dictadura y esperan que Estados Unidos, el principal donante, deje de respaldar a Moise durante la presidencia de Joe Biden.
La administración estadounidense ha comenzado a expresar una creciente preocupación por el gobierno de Moise por decreto.
"Comparto la preocupación por algunas de las acciones autoritarias y antidemocráticas que hemos visto", dijo el secretario de Estado, Antony Blinken, en una audiencia del Congreso la semana pasada, un comunicado que la embajada de Estados Unidos en Haití retuiteó el lunes.
(Reporte de Andre Paultre en Puerto Príncipe, Escrito por Sarah Marsh en La Habana, Editado en español por Javier López de Lérida)