BEIRUT (Reuters) - Decenas de miles de palestinos refugiados que llevaban largo tiempo viviendo en un campo en las afueras de la capital de Siria han sido privados de la ayuda humanitaria de emergencia de las Naciones Unidas desde hace dos meses por grupos armados que impiden el acceso del material, dijo un responsable de la ONU.
Hasta 18.000 personas viven en el devastado campamento de Yarmouk, que está situado entre las fuerzas del gobierno y grupos insurgentes sirios como el Frente Nusra de al-Qaeda. La comida, el agua y las medicinas escasean.
El año pasado un "certificado de cooperación" permitió enviar ayuda humanitaria después de meses de bloqueo, pero el acceso se ha vuelto de nuevo imposible debido al deterioro de la seguridad, según Pierre Kraehenbuehl, líder de la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos, UNRWA por sus siglas en inglés.
"No hemos sido capaces de llevar ninguna ayuda desde principios de diciembre", dijo a Reuters.
Yarmouk acogía a más de medio millón de palestinos antes del inicio del conflicto en Siria en 2011. La mayoría han huido fuera del país o se han desplazado a otras regiones. Aquellos que decidieron quedarse tuvieron que enfrentarse al deterioro de las condiciones, el aumento de los precios y un invierno severo, dijo Kraehenbuehl.
"No pueden soportar demasiados golpes al mismo tiempo", dijo.
Kraehenbuehl dijo que había instado a las autoridades libanesas a que permitieran la entrada a los palestinos que huían de Siria.
En torno a 44.000 de ellos han conseguido asilo en el país, pero el endurecimiento de las condiciones de entrada supuso que pocos han sido capaces de entrar desde mayo.
El Líbano también acoge a un millón y medio de sirios que huyeron de la guerra, conformando el mayor número de refugiados por habitante del planeta. La hospitalidad ha ido menguando en un país con una infraestructura obsoleta y escasa y un tenso entorno de seguridad.
Hace más de 60 años, Líbano permitió la entrada a los refugiados palestinos que huían de la guerra que siguió a la creación del Estado de Israel. La población creció hasta sumar ciento de miles, muchos de los cuales ahora viven en asentamientos ruinosos.
La militarización de los campamentos palestinos está considerada uno de los catalizadores de la guerra civil libanesa, que duró quince años hasta terminar en 1990.
Kraehenbuehl también se refirió a su preocupación en torno a Gaza, donde la agencia de la ONU dijo la semana pasada que la falta de dinero había obligado a suspender los pagos a los palestinos para que pudieran reparar sus hogares dañados durante la última guerra contra Israel, este verano.
Los donantes sólo pagaron en torno a 100 millones de dólares de los 720 que necesitaban, dijo.