Por Krisztina Than y Niklas Pollard
BUDAPEST/ESTCOLMO, REUTERS, 26 feb - Hungría se dispone a ratificar el lunes la adhesión de Suecia a la OTAN, superando así el último obstáculo antes del histórico paso dado por el país nórdico, cuya neutralidad se mantuvo durante dos guerras mundiales y el conflicto latente de la Guerra Fría.
La votación del Parlamento húngaro, que se espera se apruebe sin problemas tras la visita del primer ministro sueco, Ulf Kristersson, el pasado viernes, durante la cual ambos países firmaron un acuerdo sobre armamento, pondrá fin a meses de retrasos para completar el cambio de la política de seguridad sueca.
Estocolmo abandonó su política de neutralidad en favor de una mayor seguridad dentro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte tras la invasión rusa de Ucrania en 2022.
Con la entrada de Suecia en la OTAN tras Finlandia, convirtiéndose en su miembro número 32, el presidente Vladimir Putin ha conseguido de hecho lo mismo que pretendía evitar cuando lanzó su guerra en Ucrania: una ampliación de la alianza, según han declarado los líderes occidentales.
Mientras que Finlandia se convirtió en miembro de la OTAN el año pasado, Suecia se hizo esperar ya que Turquía y Hungría, que mantienen mejores relaciones con Rusia que otros miembros de la alianza liderada por Estados Unidos, plantearon objeciones.
Turquía se negó a ratificar la adhesión de Suecia exigiendo medidas más duras contra los milicianos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) que supuestamente se han establecido en Suecia.
Suecia modificó su legislación y flexibilizó las normas sobre venta de armas para calmar a Turquía. El presidente Tayyip Erdogan también vinculó la ratificación a la aprobación por parte de Estados Unidos de la venta de aviones de combate F-16 a Turquía, y Ankara espera ahora que Estados Unidos trabaje para conseguir el respaldo del Congreso estadounidense.
El retraso húngaro fue de naturaleza menos clara, ya que Budapest expresó su ira por las críticas suecas a la dirección del desarrollo democrático bajo la Administración del primer ministro nacionalista Viktor Orban, más que por exigencias concretas.
La firma de Turquía dejó a Hungría como último rezagado, y Orban tuvo que hacer frente a la presión de los aliados de la OTAN para dar el visto bueno.
La adhesión de Suecia, que no ha estado en guerra desde 1814, y Finlandia es la expansión más significativa de la alianza desde su entrada en Europa del Este en la década de 1990.
Aunque Suecia ha intensificado su cooperación con la Alianza en las últimas décadas, contribuyendo a operaciones en lugares como Afganistán, su ingreso va a simplificar la planificación de la defensa y la cooperación en el flanco norte de la OTAN.
Suecia también aporta a la alianza recursos como submarinos de última generación adaptados a las condiciones del mar Báltico y una considerable flota de cazas Gripen de producción nacional. Suecia está aumentando su gasto militar y este año debería alcanzar el umbral del 2% del producto interior bruto fijado por la OTAN.
(Redacción: Niklas Pollard; editado en español por José Muñoz)