NUEVA YORK, 01 feb - La punción lumbar en posición sentado para extraer grandes volúmenes de líquido cefalorraquídeo (LCR) aumentaría el riesgo de padecer cefalea posterior a la punción lumbar (PL), sugirió un estudio.
La punción lumbar a menudo es diagnóstica y cada vez más importante para determinar los biomarcadores de LCR en los ensayos clínicos. La cefalea posterior a la punción lumbar (CPPL) es un efecto adverso común y puede ser discapacitante.
Los autores revisaron 338 PL realizadas en el estudio observacional de la Red de Alzheimer Heredado Dominante (DIAN, por su sigla en inglés).
El 21,6 por ciento de los pacientes desarrolló CPPL y el 17,5 por ciento lo hizo a las 24 horas del procedimiento. El 4,4 por ciento de los pacientes con CPPL recibió un parche transdérmico terapéutico.
Estos resultados coinciden con los de estudios previos, según publica en JAMA Neurology el equipo del doctor Randall Bateman, de Washington University, St. Louis.
Los autores hallaron que la extracción de una gran cantidad de LCR estaba asociada con un aumento de la frecuencia del CPPL de rápida aparición, en especial más de 30 mL de LCR (OR=3,76), aunque con una disminución de la frecuencia de la CPPL a las 24 horas y con la administración de un parche terapéutico, "lo que sugiere que estos resultados se deben a distintos mecanismos".
La extracción de 17-30 mL de LCR "sería el volumen más seguro y tolerable", asegura el equipo.
Los autores detectaron que el riesgo de CPPL inmediata o a las 24 horas tendía a disminuir con las agujas 24G más pequeñas.
"Aunque la diferencia de tamaño de las agujas no fue estadísticamente significativa, ningún paciente del grupo en el que se utilizaron agujas 24G necesitó un parche terapéutico, a diferencia de ocho de los 253 pacientes en los que se utilizaron agujas 22G, que son más grandes", publica el equipo.
Además, se registró un aumento del riesgo a desarrollar CPPL inmediata con la PL con el paciente sentado (OR=2,51) en lugar de acostado de lado.
"Cuando la PL se realiza con el paciente sentado, la caída aguda de la presión del LCR provoca síntomas que dependen de la posición del cuerpo por la vasodilatación o la tracción mecánica intracraneal. La posición influiría menos en la frecuencia de la CPPL persistente que aparece por la filtración continua del LCR por el desgarro dural", explican los autores.
A diferencia de estudios previos, "no detectamos un efecto significativo independiente del sexo en la frecuencia de aparición de alguno de los tres resultados evaluados", agregan.
Pero hallaron que la edad avanzada tendía a proteger de la CPPL en las primeras 24 horas y con el parche terapéutico, pero no de la CPPL inmediata.
"La edad avanzada estaba asociada de manera inversa con la aparición de la CPPL", escribe el equipo.
Una limitación del estudio es su diseño retrospectivo y la imposibilidad de controlar los factores confundentes.
El estudio se realizó sin financiamiento externo y los autores declararon no tener conflictos de intereses.