Por Scott Malone y Carey Gillam
FERGUSON EEUU (Reuters) - Pequeñas multitudes se reunieron pacíficamente el miércoles por la noche para protestar por la muerte a tiros de un adolescente negro a manos de un policía blanco en Ferguson, Misuri, la noche más tranquila desde que surgieron los enfrentamientos por una muerte que algunos creen racista.
El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, se reunió con los padres de Michael Brown, el joven muerto de 18 años, y prometió que su departamento llevaría a cabo una investigación exhaustiva sobre un caso que ha reavivado el debate sobre el tratamiento que el sistema judicial da a los afroamericanos.
"Soy el fiscal general de los Estados Unidos, pero soy también un hombre negro, recuerdo que me pararon en dos ocasiones en la autopista de Nueva Jersey y me acusaron de superar la velocidad permitida", dijo Holder en una reunión de una comunidad de un barrio de St Louis, según recogen los medios de Estados Unidos.
Un gran jurado también comenzó a recopilar las pruebas el miércoles, aunque los manifestantes reforzaron sus demandas de que la investigación penal local se convierta en una fiscalía especial.
Durante la noche se escucharon algunos disparos, al menos un agente fue alcanzado por una botella y la policía dijo que en la madrugada del jueves seis personas habían sido arrestadas, un número mucho más pequeño que las decenas de las últimas noches de disturbios y saqueos.
"Vimos un grupo diferente esta noche. No tuvimos tantos agitadores ni criminales entre la multitud", dijo el capitán de la patrulla de tráfico de Misuri, Ron Johnson, un agente negro al que se encargó supervisar la seguridad la semana pasada.
Entre la multitud podían verse religiosos, ayudando a dirigir la marcha y actuando como intermediarios entre policías y manifestantes.
Holder, el primer afroamericano que asume el papel de fiscal general del Estado, se reunió con estudiantes y dirigentes comunitarios en el barrio de St. Louis.
El Departamento de Justicia ha lanzado una investigación sobre si la fiscalía federal puede presentar cargos contra Darren Wilson, el agente de policía implicado en el tiroteo del 9 de agosto pasado.
Los enfrentamientos han puesto al barrio de St. Louis, en el que viven 21.000, en el punto de mira internacional como símbolo de las a menudo tensas relaciones raciales en Estados Unidos.
Ferguson es mayoritariamente negra, pero su policía, dirigentes políticos y responsables educativos están dominados por blancos.