DUBÁI, 26 ene (Reuters) - Irán instó el martes al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a que levante las sanciones que, según el país, obstaculizan la lucha de Teherán contra la pandemia de COVID-19.
Teherán también dijo que había aprobado el uso doméstico de la vacuna rusa contra el coronavirus Sputnik V, y que estaba tratando de comprar vacunas de AstraZeneca (LON:AZN) y otras compañías.
Las sanciones reimpuestas por el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, eximen formalmente de alimentos, medicinas y otros suministros humanitarios, pero muchos bancos extranjeros se han visto disuadidos a la hora de hacer negocios con Irán.
"Dado que la Administración (de Biden) dice no ser anticientífica como la anterior (...), cabe esperar que libere la transferencia de recursos propios de Irán en divisas para luchar contra el coronavirus y para la salud y la alimentación, y que levante rápidamente las sanciones bancarias", dijo el portavoz del Gobierno, Ali Rabiei, a la televisión estatal.
Rabiei también amenazó con la posibilidad de que Irán bloquee las inspecciones a corto plazo de las instalaciones nucleares iraníes por parte de la agencia atómica de las Naciones Unidas si Washington no levanta las sanciones.
En 2018, Trump sacó a Washington del pacto nuclear de 2015 entre Irán y las potencias mundiales, que tiene como objetivo limitar su programa nuclear, y volvió a imponer las sanciones estadounidenses que se habían levantado en virtud del mismo.
Durante una visita a Moscú, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, dijo el martes que Teherán planeaba importar y producir la vacuna Sputnik V.
El viceministro de Sanidad, Qassem Janbabaei, declaró a la televisión estatal que "AstraZeneca en Suecia" estaba entre las empresas a las que se estaba contemplando comprar vacunas en el extranjero, pero no hizo ninguna referencia a los vínculos británicos de la empresa anglosueca.
El líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, máxima autoridad de Irán, ha prohibido al Gobierno la importación de vacunas de fabricación estadounidense y británica, que, según él, no son fiables y pueden utilizarse para propagar la infección a otras naciones.
El presidente Hassan Rouhani dijo el sábado que las vacunaciones comenzarían en las próximas semanas.
A finales del mes pasado, Teherán puso en marcha los ensayos en humanos de la primera de sus tres vacunas candidatas nacionales, afirmando que esto podría ayudarle a derrotar la pandemia a pesar de las sanciones de Estados Unidos, que afectan a su capacidad para importar vacunas.
Irán también participa en el plan COVAX, cuyo objetivo es garantizar un acceso justo a las vacunas COVID-19 para los países más pobres.
Irán ha registrado cerca de 1,39 millones de casos de COVID-19 y 57.560 muertes, según datos del Gobierno, pero en las últimas semanas se ha producido un descenso de las nuevas infecciones y muertes.
(Información de redacción de Dubái; editado por Timothy Heritage; traducido por Tomás Cobos)