Por Angelo Amante
ROMA, 30 oct (Reuters) - La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y sus principales ministros respaldaron el lunes una propuesta de reforma constitucional que introduce la elección directa del primer ministro, en un esfuerzo por poner fin a la inestabilidad política crónica del país.
Meloni hizo de la reforma constitucional uno de los ejes políticos de su coalición de derechas tras ganar el poder en septiembre del año pasado.
Italia ha tenido casi 70 gobiernos desde la Segunda Guerra Mundial, más del doble que Reino Unido y Alemania. Los repetidos intentos de crear un sistema más sólido, el último en 2016, siempre han fracasado en medio de una miríada de visiones contrapuestas.
Responsables del Gobierno dijeron que, según la reforma propuesta, las coaliciones tendrán que presentar candidatos a primer ministro en las elecciones, en un intento de mejorar la estabilidad forjando un vínculo más fuerte entre el Gobierno y los votantes.
"Hemos llegado a un acuerdo sobre el proyecto de ley, que se debatirá en la próxima reunión del gabinete", dijo a la prensa Antonio Tajani, vice primer ministro y líder del partido cogobernante Forza Italia, tras una reunión entre los altos cargos de la coalición.
La reunión del gabinete se celebrará el viernes, según las fuentes.
Las principales fuerzas de la oposición, el Movimiento 5 Estrellas y el Partido Democrático (PD), dijeron que lucharían contra los planes de reforma porque ponen en peligro los controles y equilibrios de la Constitución de 1948 elaborada tras la dictadura de Benito Mussolini.
Otros grupos de la oposición parecen más dispuestos a cooperar.
Matteo Renzi, quien dimitió como primer ministro tras el fracaso de su reforma en 2016, dijo que su pequeño partido centrista Italia Viva estaría dispuesto a respaldar la elección directa del primer ministro.
En el sistema actual, los partidos de izquierda y derecha mantienen conversaciones para formar Gobierno siempre que ninguna de las partes consiga la mayoría en ambas cámaras del Parlamento. El primer ministro no tiene por qué ser un político elegido.
Cualquier cambio en la Constitución debe obtener una mayoría de dos tercios en ambas cámaras del Parlamento, algo difícil de prever dada la fragmentación de la política italiana. En su defecto, puede aprobarse por referéndum.
(Reporte de Angelo Amante; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)