BRUSELAS (Reuters) - El presidente electo de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se encontraba el jueves inmerso en conversaciones urgentes con el primer ministro de Eslovenia intentando encontrar un sustituto para la eslovena que renunció a su cargo tras el humillante rechazo del Parlamento Europeo.
El debate, tanto en Liubliana como en Bruselas, se centra en encontrar un nuevo candidato esloveno al cargo, tras la decisión de Alenka Bratusek de renunciar a la vicepresidencia de la Comisión.
Asesores de Juncker aseguraron que el proceso podría perturbar una agenda en la que estaba previsto que el nuevo Ejecutivo tomase posesión del cargo el 1 de noviembre. Antes, en una nueva votación el 22 de octubre, el Parlamento debe aprobar la composición de la Comisión completa.
"Existe el riesgo de que si estas discusiones políticas no terminan pronto haya que extender el calendario completo" declaró Margaritis Schinas, portavoz de Juncker, en una rueda de prensa.
Las disputas entre la Unión Europea y el partido jugaron un papel importante en la caída de Bratusek y continúan a la hora de buscar un sustituto, a pesar de la buena disposición de Juncker a la hora de formar una amplia coalición con la izquierda en el parlamento.
Bratusek siempre ha parecido vulnerable. Como antigua primera ministra y mujer, encajaba perfectamente en el perfil que Juncker buscaba para un equipo que busca ahora recuperar la confianza de los votantes que se decantaron por opciones antieuropeístas en las elecciones de mayo.
Pero al haberse postulado a sí misma después de terminar su mandato y perder unas elecciones, carece del apoyo del nuevo Gobierno esloveno. Y como centrista, corría el riesgo de verse atrapada en el fuego cruzado entre los dos grandes bloques en la eurocámara, el centroizquierda y el centroderecha.
Una intervención dubitativa durante su confirmación antes del pleno el lunes terminó de sentenciarla. En un nuevo pleno celebrado el miércoles, los parlamentarios votaron por un abrumador 113-12 la solicitud al presidente electo para apartar a Bratusek del cargo.
PRESIONES POR EL SUSTITUTO
El grupo de centroizquierda S&D, apoyado por el EPP de Juncker, pide ahora al nuevo Gobierno esloveno dirigido por la némesis de Bratusek, el izquierdista Miro Cerar, que nomine en su lugar a un miembro del S&D, Tanja Fanjon.
Gianni Pittella, el líder parlamentario del S&D, dijo que la experiencia en instituciones europeas de Fanjon le da muchas opciones de conseguir el puesto, cuando quedan menos de dos semanas para la votación.
Pero Cerar ha insistido en que no se precipitará, y fuentes políticas en Liubliana aseguran que su gabinete, de coalición, se encuentra dividido.
Expresando "sorpresa" por el "ultimátum" de Pittella, el Gobierno de Cerar ha declarado en un comunicado que enviará a Bruselas el nombre de su nuevo candidato "cuanto antes".
Una alternativa a Fanjon, citada por fuentes eslovenas, es el comisario saliente de medio ambiente Janez Potocnik, un centrista, a pesar de que su nombramiento supondría fracasar en el empeño de Juncker de tener nueve mujeres en su gabinete. Los nombres de dos ministros eslovenos, Karl Erjavec y Violeta Bulc, también suenan para sustituir a Bratusek.
GRAN COALICIÓN
A lo largo de la tarde del miércoles en Bruselas, el EPP de Juncker y el S$D, el otro gran grupo de la cámara, intercambiaron "rehenes" tomados durante la semana anterior, acordando apoyarse entre sí en las votaciones.
Las disputas habían comenzado cuando el S&D bloqueó el nombramiento del español Arias Cañete como comisario de energía y medio ambiente, y el EPP respondió amenazando con impedir la designación del socialista Pierre Moscovici, un antiguo ministro de economía francés, como comisario de economía.
A medida que los nominados eran confirmados en sus puestos, los verdes y otros partidos más pequeños, junto a los antieuropeístas llegados al Parlamento en mayo, fueron dejados de lado en las conversaciones de despacho entre los dos grandes bloques.
Los líderes de los partidos mayoritarios, que vieron cómo se reducían sus apoyos entre los electores tras la aparición de un fuerte sentimiento antieuropeísta en mayo, se han propuesto formar juntos un nuevo ejecutivo como muestra del compromiso del Parlamento con Juncker a la hora de lograr la recuperación económica y recuperar la confianza de los ciudadanos.
HORA DE TRABAJAR
Manfred Weber, el alemán que lidera el PPE en el parlamento, tuiteó que era "hora de trabajar, no de jugar".
"La votación de hoy... demuestra nuestra voluntad, y la de nuestros compañeros, de formar una mayoría estable y democrática en el Parlamento Europeo de poner a trabajar la Unión Europea al servicio de los ciudadanos", dijo Weber en un comunicado.
Pittella despidió el discurso de los socialistas honrando un "pacto de no agresión" con Juncker y los conservadores, con los que tras duras negociaciones habrían llegado a un acuerdo para elegir una comisión que el centroizquierda pudiese apoyar.
En particular, añadió, Frans Timmermans, el anterior ministro de Exteriores holandés que será primer vicepresidente y mano derecha de Juncker, asegurará que el "desarrollo sostenible" se promueve desde la comisión.
Otros confirmados en sus puestos el miércoles fueron el finlandés Jyrki Katainen, vicepresidente para empleo y crecimiento, y el letón Valdis Dombrovskis, vicepresidente del euro.