Por Maya Gebeily
BEIRUT, 9 ago (Reuters) - Las Naciones Unidas están dispuestas a reanudar los envíos de ayuda al noroeste de Siria, controlado por los rebeldes, a través de un paso fronterizo que ha sido un salvavidas para la región, después de que los trabajadores humanitarios dijeran que Damasco parecía haber flexibilizado las condiciones que habían llevado a una pausa de varias semanas.
Las entregas de ayuda desde Turquía a través del paso fronterizo de Bab al-Hawa se interrumpieron en julio, cuando las potencias occidentales y Rusia, principal aliado del Gobierno sirio, no llegaron a un acuerdo sobre la prórroga del mandato del Consejo de Seguridad de la ONU para la operación. Siria dio entonces su aprobación unilateral, pero en condiciones que la ONU rechazó por inaceptables.
Tras semanas de diplomacia, una carta del Gobierno sirio enviada a las Naciones Unidas esta semana y a la que tuvo acceso Reuters no mencionaba las condiciones rechazadas. El secretario general de la ONU, António Guterres, acogió con satisfacción un "entendimiento" con Damasco sobre el uso del paso fronterizo de Bab al-Hawa durante seis meses, dijo el martes su portavoz adjunto, Farhan Haq.
El noroeste es el último gran bastión de los rebeldes que luchan contra el presidente Bashar al-Assad en los 12 años de guerra siria y millones de personas dependen allí de la ayuda de la ONU.
Las ONG y los Estados a título individual llevan mucho tiempo organizando convoyes unilaterales de ayuda al noroeste. Pero las agencias de la ONU no cruzan la frontera sin la aprobación del Gobierno o del Consejo de Seguridad.
La ONU había estado utilizando Bab al-Hawa desde 2014 con autorización del Consejo de Seguridad. Siria rechazó la operación por considerarla una violación de la soberanía.
Las condiciones establecidas por Damasco en julio incluían prohibir a la ONU relacionarse con lo que denomina "organizaciones terroristas" en la región controlada por los rebeldes. También limitaban quién podía realizar entregas a la Media Luna Roja Árabe Siria (MLRAS) y al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
En una carta enviada el 5 de agosto por el coordinador de ayuda de emergencia de la ONU, Martin Griffiths, al embajador sirio ante la ONU, Bassam Sabbagh, y vista por Reuters, se afirmaba que la ONU "podría tener que colaborar con diferentes actores en el noroeste de Siria" en sus operaciones de ayuda.
También dijo que el CICR y la MLRAS no tenían suficiente presencia en el noroeste de Siria como para permitirles hacerse cargo de esa labor humanitaria.
En una carta fechada el 6 de agosto, Sabbagh agradeció a Griffiths "las aclaraciones sobre algunas de las modalidades operativas esenciales" y dijo que Siria "espera con interés la participación" del CICR y la MLRAS "cuando las circunstancias lo permitan", sin mencionar las condiciones anteriores.
El Gobierno sirio no respondió inmediatamente a preguntas sobre si había flexibilizado las condiciones previas y por qué.
(Reporte de Maya Gebeily; editado en español por Javi West Larrañaga)