Por Jorge Otaola y Nicolás Misculin
BUENOS AIRES (Reuters) - El peso argentino cotizó en alza el viernes después del estrepitoso derrumbe de la jornada anterior, aunque los ojos de los inversores estuvieron puestos en las medidas que el Gobierno anunciará el lunes para avanzar en una reducción del déficit necesaria para lograr financiación del FMI.
En medio de una crisis financiera, analistas creen que el Gobierno podría recortar gastos en obras de infraestructura y también subir impuestos a las exportaciones, que se verían ampliamente favorecidas por una devaluación de la moneda local del 52,5 por ciento a lo largo de 2018.
El sector agropecuario, el más pujante entre los exportadores, podría ser uno de los principales blancos.
El peso argentino se apreció el viernes un 6,08 por ciento a 36,8/37,0 unidades por dólar gracias a la venta de dólares del banco central, después de desplomarse un 13,1 por ciento en la sesión previa por la desconfianza que los mercados están mostrando hacia la política económica del presidente liberal Mauricio Macri.
"Si el Gobierno no logra dar un paquete convincente de austeridad, el peso probablemente caiga más y otra fuerte alza de la tasa de interés es posible", dijo la consultora Capital Economics en un reporte.
Aunque favorece las exportaciones, la fuerte caída del peso alimenta una ya muy alta inflación, que algunos creen que llegaría al 40 por ciento este año, y ahonda una recesión que hace crecer el descontento social.
La caída de la actividad económica podría ser aún mayor por la subida de tipos al 60 por ciento dispuesta el jueves por el banco central para calmar a los mercados.
Muchos expertos advierten del inevitable aumento de la pobreza, que superaría al tercio de la población para fin de año, mientras que las protestas sociales por el ajuste que está aplicando Macri se multiplican.
El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, consideró que la actual cotización del peso es demasiado baja y adelantó que el lunes será anunciado el paquete de medidas fiscales, horas antes de que viaje a Estados Unidos para negociar los detalles de un nuevo pacto con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Argentina acordó en junio una línea de crédito con el FMI por 50.000 millones de dólares que la compromete a reducir su déficit a un 1,3 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) en 2019.
Tras el anuncio esta semana de una renegociación del acuerdo, Dujovne afirmó que el objetivo es bajar el déficit a menos del 1,3 por ciento, con el fin de que el FMI adelante los envíos de capitales para cubrir las necesidades financieras de Argentina y así lidiar con la crisis.
El FMI dijo que apoya plenamente a Argentina y que el objetivo es concluir rápidamente las conversaciones que comenzarán el martes, para que el país se sobreponga a las actuales dificultades.
La crisis también golpea la intención de lograr la reelección en 2019 de Macri, cuya imagen pública se ha derrumbado como el peso en los últimos meses.
"Si el país logra capear la tormenta financiera, social y política, hay salida y se puede pensar en un mediano plazo auspicioso. Pero esa transición fluida no será sencilla ni está garantizada", dijo a Reuters el economista Federico Muñoz.
(Información adicional de Gabriel Burin y Luc Cohen. Editado por Gabriela Donoso/Marion Giraldo)