Por David Mardiste
TALLIN (Reuters) - El primer ministro de centroderecha de Estonia se adjudicó la victoria en unas elecciones el domingo, consolidando políticas en favor de la OTAN, tras una campaña dominada por temores sobre una interferencia de Rusia después de la anexión por parte de Moscú de la región ucraniana de Crimea.
El Partido de la Reforma del primer ministro Taavi Roivas obtuvo el 27,7 por ciento tras contabilizarse casi todos los sufragios, menos que el 28,6 por ciento con que ganó la última elección parlamentaria en 2011.
Su mayor contendiente, el centroizquierdista Partido del Centro que favorece lazos más estrechos con Moscú para garantizar la seguridad del pequeño estado báltico, resultó segundo con un 24,8 por ciento, un alza frente al 23,3 por ciento del 2011.
"El Partido de la Reforma es el ganador de las elecciones 2015", dijo Roivas en el canal de televisión público ETV.
Roivas, quien favorece el libre mercado, fuertemente pro-OTAN y es el líder más joven de la Unión Europea con 35 años, se ubica en una mejor posición para formar un nuevo Gobierno con otros partidos, probablemente para continuar las políticas económicas conservadoras.
Pero tendrá que ampliar la coalición que mantiene con el Partido Social Demócrata ya que ambos no alcanzan ahora la mayoría en los 101 escaños del Parlamento.
Consultado si trabajaría con el Partido del Centro, Roivas dijo: "absolutamento no".
El Partido del Centro, que obtiene alrededor de un 70 por ciento de sus votos de los rusoparlantes, desea mejores lazos con Moscú para ayudar al estado del Báltico que fue parte de la Unión Soviética hasta su independencia en 1991.
No está claro si la votación fue afectada por el asesinato del político opositor ruso Boris Nemtsov en Moscú el viernes.
Bajo los gobiernos de coalición que han liderado las reformas, Estonia ha sido uno de los pocos miembros de la OTAN en mantener los gastos en defensa en la meta de la coalición del 2 por ciento del Producto Interno Bruto.
La política económica de Estonia también ha sido consistentemente conservadora desde 1992, con un impuesto sobre la renta estable y una política fiscal que evita emitir deuda pública y apunta a un presupuesto equilibrado.