Por Gabriel Araujo y Lisandra Paraguassu
SAO PAULO/BRASILIA, 3 ago (Reuters) - La deforestación en la Amazonia brasileña cayó en julio a su nivel más bajo para el mes desde 2017, mostraron el jueves cifras preliminares del Gobierno, que respaldaron la reputación del presidente Luiz Inácio Lula da Silva en política medioambiental antes de una cumbre de naciones que comparten la selva tropical.
Datos satelitales de la agencia brasileña de investigación espacial INPE indicaron que 500 kilómetros cuadrados (193 millas cuadradas) de selva tropical fueron talados en el mes, una baja del 66% respecto del mismo período hace un año.
En los siete primeros meses del año, la deforestación ha descendido un 42,5%, respecto del mismo periodo de 2022, según los datos preliminares del INPE.
Las caídas de junio y julio son especialmente prometedoras, ya que los datos mensuales sobre la deforestación de la Amazonia a menudo se disparan en esta época del año, cuando el tiempo es más seco.
"Estamos viendo cómo se invierte la curva de crecimiento de la deforestación", dijo a la prensa en Brasilia el secretario del Ministerio de Medio Ambiente, Joao Paulo Capobianco.
Lula se reunirá la próxima semana con los líderes de los países amazónicos en una cumbre en el norte de Brasil para debatir formas de proteger la mayor selva tropical del mundo.
Lula dijo el miércoles que la cumbre tratará de elaborar por primera vez una política común para proteger la región, que incluirá abordar la seguridad en las fronteras y pedir a las empresas privadas que ayuden en la reforestación de 30 millones de hectáreas de tierras degradadas.
El líder izquierdista asumió el cargo en enero con la promesa de acabar con la deforestación para 2030, después de que la destrucción aumentó bajo el mandato de su predecesor Jair Bolsonaro, que recortó drásticamente los esfuerzos de protección medioambiental.
Los expertos elogiaron la reducción de la deforestación en los primeros meses del Gobierno de Lula, al tiempo que llamaron a mantener la vigilancia en los próximos meses, cuando los incendios y la tala rasa a menudo alcanzan su punto máximo en la región.
"Es un descenso muy significativo para un mes más seco", dijo la gerente de WWF-Brasil, Mariana Napolitano.
"Eso nos demuestra que las medidas de emergencia que se tomaron, sobre todo las de mando y control, han funcionado. Pero la deforestación sigue en niveles altos, y para reducirla a cero en 2030 serán necesarias más medidas estructurales".
(Reporte de Gabriel Araujo y Lisandra Paraguassu; editado en español por Javier López de Lérida)