Por Misha Hussain
DAKAR (Reuters) - La lenta respuesta internacional a la epidemia de ébola en África Occidental ha creado una tragedia evitable que ha costado miles de vidas, dijo Médicos sin Fronteras, cuando se cumple un año de la confirmación del primer caso.
La peor epidemia de ébola del mundo ha matado a más de 10.200 personas en los tres países más afectados, Guinea, Liberia y Sierra Leona desde marzo de 2014, cuando se confirmó por primera vez en la región selvática de Guinea.
Médicos Sin Fronteras (MSF), institución que primero dio la voz de alarma sobre el ébola, dijo en un informe que todo el mundo, desde los gobiernos nacionales hasta la Organización Mundial de la Salud (OMS) habían creado cuellos de botella que impidieron que la epidemia fuera rápidamente controlada.
"El brote del ébola a menudo ha sido descrito como una tormenta perfecta: una epidemia transfronteriza en países con sistemas sanitarios débiles que nunca habían visto el ébola antes", dijo Christopher Stokes, director general de MSF, en el informe.
"Aún así es conveniente una explicación. Para que el brote del ébola entre hasta aquí en una espiral fuera de control requiere que fracasen muchas instituciones. Y lo hicieron, con consecuencias trágicas y evitables.
En un mordaz informe titulado "Pushed to the limit and beyond" (Presionados hasta el límite y más allá), MSF dijo que sus advertencias en junio de que la epidemia estaba fuera de control y que no podía responder por sí mismos, fueron desestimadas por alarmistas.
Guinea y Sierra Leona minimizaron la epidemia y acusaron a MSF de extender el miedo y el pánico. En junio, el gobierno de Sierra Leona dijo a la OMS que informara sólo de las muertes confirmadas en laboratorio, reduciendo falsamente la cifra de víctimas, según el informe.
El hospital de Kenema en el sureste, donde se confirmaron algunos de los primeros casos en Sierra Leona, también negó datos epidemiológicos cruciales que impidieron a MSF identificar los pueblos afectados y responder, según el informe.
"El Ministerio de Sanidad y los socios del hospital de Kenema se negaron a compartir datos o listas de contactos con nosotros, así que estuvimos trabajando en la oscuridad mientras los casos seguían viniendo", dijo la coordinadora de emergencias de MSF en Sierra Leona, Anja Wolz, en el informe.
Liberia fue transparente y pidió ayuda casi a diario. MSF, que informó de esto a la OMS en junio, dijo que el brote podría haberse detenido si se hubieran tomado acciones inmediatas, pero esos avisos fueron de nuevo ignorados.
"HORROR INDESCRIPTIBLE"
Cuando MSF declaró por primera vez que había un brote de ébola sin precedentes a finales de marzo, la OMS rechazó esa afirmación. Finalmente declaró la emergencia pública sanitaria el 8 de agosto, provocando una respuesta internacional tardía.
MSF calificó la respuesta como una "coalición global para la inoperancia" y dijo que para finales de agosto tuvo que rechazar pacientes en Liberia dejándolos morir en sus casas o en las calles.
"Tuvimos que tomar decisiones horrendas sobre a quién podíamos dejar en el centro", dijo la coordinadora de MSF Rosa Crestani, que trabajó en el centro de organización para el ébola en Monrovia, que sólo podía abrirse 30 minutos al día debido a la demanda de camas.
"Sólo podíamos ofrecer cuidados paliativos muy básicos y había tantos pacientes y tan poca plantilla que la plantilla tenía que dedicar sólo un minuto por paciente. Fue un horror indescriptible".
El número de casos de ébola cayó abruptamente para el año nuevo en Sierra Leona, Liberia y Guinea. Los presidentes de los tres países anunciaron el objetivo de conseguir cero casos de ébola para mediados de abril.
Sin embargo, Guinea informó recientemente de que se han duplicado los casos en un mes, Sierra Leona tiene un barrio entero en cuarentena y Liberia anunció el viernes su primer nuevo caso 16 días después de que su último paciente de ébola recibiera el alta.
El brote de ébola no se da por terminado hasta que no se produzca ningún nuevo caso en la región durante 42 días.