Por Alana Wise
NUEVA YORK (Reuters) - La decisión del presidente de Estados Unidos Donald Trump de revertir el acercamiento que impulsó su predecesor hacia Cuba no impactará en las aerolíneas y operadores de cruceros, pero sí puede afectar la debilitada demanda de estos servicios.
El cambio de política puede ser una mala noticia para las aerolíneas que se han beneficiado de la demanda de viajeros independientes y familias, que han reservado plazas para "intercambios culturales" informales que cumplían con las regulaciones laxas del expresidente Barack Obama.
"Va a frustrar a las aerolíneas que programaron sus servicios bajo la premisa de que las restricciones a los viajes eventualmente se eliminarían", dijo Robert Mann, analista de R. Mann & Co. "Fue una filosofía del tipo: si lo haces ocurrirá".
Ahora, según los anuncios de Trump el viernes, los viajes independientes a Cuba desde Estados Unidos se prohibirán una vez más, complicando un negocio ya difícil.
La nueva política restringe la mayoría de las transacciones comerciales de Estados Unidos con el Grupo de Administración Empresarial SA (GAESA), una compañía militar con amplia participación en negocios en Cuba, pero hace excepciones para los sectores de viajes aéreos y marítimos.
La directiva presidencial protegerá a las aerolíneas y a los cruceros de Estados Unidos que ya trabajan con la isla, pero oscurece lo que era una perspectiva brillante para el crecimiento de los viajes entre los países.
Los operadores de cruceros de Estados Unidos y las aerolíneas podrían haber perdido 712 millones de dólares en ingresos anuales si el gobierno de Trump restablecía totalmente las restricciones a los viajes, según un informe reciente del grupo de presión política Engage Cuba.
Si bien la nueva política de Trump evita el peor escenario para las empresas, con la cancelación de todos los vuelos comerciales o el fin de las relaciones diplomáticas, sigue siendo un golpe para un sector turístico que apuesta a Cuba como un nuevo mercado de alto crecimiento.
"Si el objetivo es ayudar a los empresarios cubanos, sumar regulaciones que eliminan empleos de negocios estadounidenses y aumentar los recursos del gobierno para investigar a los estadounidenses que viajan a nuestro vecino no es la respuesta", dijo en un comunicado James Williams, presidente de Engage Cuba.