Las Naciones Unidas han informado que tanques israelíes forzaron la entrada a una base de mantenimiento de la paz en el sur del Líbano antes del amanecer de hoy, domingo, escalando las tensiones en una región que ha visto un año de conflicto creciente. Según UNIFIL, la fuerza de paz estacionada en la zona, dos tanques Merkava israelíes derribaron la puerta principal de su base e ingresaron a las instalaciones. Tras la salida de los tanques, se produjeron explosiones en las cercanías, causando humo que se extendió sobre la base y provocó malestar entre el personal de la ONU.
El ejército israelí presenta una versión contrastante, afirmando que sus fuerzas fueron atacadas por misiles antitanque de militantes de Hezbollah, lo que resultó en heridas a 25 soldados. El ejército sostiene que el tanque involucrado no estaba asaltando la base, sino buscando refugio mientras estaba bajo ataque. El portavoz internacional del ejército, Nadav Shoshani, aclaró que el tanque en cuestión estaba retrocediendo para evitar un evento de víctimas masivas.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha pedido al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, que reubique a UNIFIL lejos de lo que describe como bastiones de Hezbollah y zonas de combate, criticando la negativa a hacerlo como una provisión de escudos humanos para los terroristas de Hezbollah.
El secretario general de la ONU, Guterres, reafirmó la importancia de la misión de los pacificadores, destacando que los ataques contra ellos podrían constituir una violación del derecho internacional, potencialmente equivalente a crímenes de guerra, según declaró el portavoz de la ONU, Stephane Dujarric.
El conflicto en curso entre Israel y Hezbollah se ha intensificado, con Hezbollah reclamando un reciente ataque con drones a un campamento militar israelí, que resultó en bajas. Esto ocurre en un contexto más amplio de violencia que ha dejado más de 2.100 muertos y 10.000 heridos en Líbano, según informa el gobierno libanés, con el conflicto desplazando a 1,2 millones de personas y apuntando al liderazgo de Hezbollah.
El incidente ha suscitado preocupación internacional, con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, cuyo país contribuye significativamente a la fuerza de UNIFIL, expresando su condena a las acciones israelíes. Otras naciones con pacificadores en la región, como Francia y España, también han manifestado sus objeciones.
La situación en el sur del Líbano sigue siendo precaria, con la Resolución 1701 de la ONU, que exige una zona desmilitarizada, bajo escrutinio debido a los recientes acontecimientos. El secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, ha comunicado sus preocupaciones al ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, enfatizando la importancia de salvaguardar a los pacificadores y al ejército libanés.
Oriente Medio permanece en alerta máxima mientras la región se prepara para posibles escaladas adicionales, particularmente a la luz de los recientes ataques con misiles de Irán y su promesa de defenderse contra cualquier represalia israelí.
Reuters contribuyó a este artículo.
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