Por Marwa Rashad y Raya Jalabi
RIAD/BEIRUT, 20 nov (Reuters) - Cuando Arabia Saudí, el principal exportador de petróleo del mundo y un importante aliado de Estados Unidos, asumió la presidencia del G20 en diciembre de 2019, las esperanzas en el reino eran grandes.
Una cumbre global ayudaría a restablecer el país en el escenario internacional y a dirigir la atención del mundo a las reformas clave lanzadas por el gobernante de facto, el príncipe heredero Mohammed bin Salman, para abrir el reino y diversificar la economía.
Pero en lugar de las esperadas sesiones fotográficas en opulentos palacios, la cumbre de este año será en su mayor parte virtual debido a la pandemia, asestando un golpe a las ambiciones del príncipe en un año de recesión económica global.
Aunque las circunstancias están lejos de ser ideales, "el espectáculo debe continuar y los saudíes deberán aprovechar al máximo la reunión", dijo Robert Mogielnicki, académico residente del Instituto de los Estados Árabes del Golfo en Washington.
En la agenda del Grupo de las 20 principales economías figura un plan de acción contra la COVID-19 y medidas para frenar el impacto de la pandemia en la economía global, incluido el alivio de la deuda de los países más pobres.
La reputación de Arabia Saudí está en entredicho desde 2018, tras el furor mundial por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, la guerra en el Yemen y la continua detención de activistas de los derechos de la mujer.
La inversión extranjera directa, un eje de los planes de reforma económica del príncipe heredero, también ha sido floja, y el ministro de Inversiones, Khalid al Falih, dijo que esperaba una desaceleración este año debido a la pandemia.
La cumbre de líderes de este fin de semana es vista como una oportunidad para mostrar el turismo y las industrias de entretenimiento del reino: Se planearon viajes exclusivos a lugares turísticos, incluyendo Neom, un megaproyecto de ciudad del futuro de 500.000 millones de dólares, dijeron a Reuters dos diplomáticos extranjeros de la región.
A finales de septiembre todavía se estaban celebrando conversaciones sobre una cumbre presencial y los líderes saudíes y extranjeros confirmaron su asistencia física, dijeron los diplomáticos. El anuncio días más tarde de que la cumbre se celebraría de manera telemática tomó a muchos por sorpresa.
(Información de Marwa Rashad en Riad y Raya Jalabi en Beirut; información adicional de Davide Barbuscia; editado por Giles Elgood, traducido por Michael Susin en la redacción de Gdansk)