Por Sonali Paul
MELBOURNE (Reuters) - El príncipe Enrique de Inglaterra y su mujer, Meghan Markle, llegaron a la ciudad rural australiana de Dubbo con el regalo de una lluvia muy necesitada miércoles, donde los agricultores hacen frente a una prolongada sequía.
El príncipe cautivó a la multitud con un picnic en el parque principal de la ciudad, en un podio bajo la densa lluvia con Meghan sosteniendo un paraguas sobre su cabeza, en el segundo día de una viaje por el Pacífico que los lleva a Australia, Nueva Zelanda, Fiji y Tonga.
"¡La lluvia es un regalo!", dijo el príncipe Enrique a miles de personas que se habían reunido para ver a la pareja real en Dubbo, ubicada unos 300 kilómetros al noroeste de Sídney.
Anteriormente, habían visitado una granja afectada por la sequía y Enrique recordó su estancia en una granja australiana hace 15 años. "Son buena gente. Honesta, trabajadora", dijo Enrique.
En un tema cercano a su corazón, el príncipe instó a buscar ayuda a quienes se enfrentan a problemas de salud mental debido a la fumigación con plaguicidas en el campo australiano.
"Están todos juntos en esto y, si me permiten, personalmente, estamos todos juntos en esto porque pedir ayuda fue una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida. Se sorprenderán continuamente de cómo la vida cambia para mejor", dijo Enrique, despertando aplausos.
La visita de la pareja real a Australia coincide con los Invictus Games en Sídney, que se celebran del 20 al 27 de octubre. Los juegos, fundados por Enrique, son un evento internacional paralímpico que busca animar a los veteranos de guerra heridos.
Un niño de 5 años acaparó la atención entre una larga fila de estudiantes que conocieron a la pareja real en el aeropuerto de Dubbo.
Luke Vincent, quien tiene síndrome de Down y adora a Papá Noel, rodeó con sus brazos a Meghan cuando se agachó para saludarlo y tiró de la barba de Enrique y lo palmeó en la cabeza cuando el príncipe abrazó al niño.
(Información de Sonali Paul. Editado en español por Lucila Sigal)