GINEBRA (Reuters) - Fuertes ataques como el secuestro de 300 estudiantes a manos de Boko Haram en Nigeria y el tiroteo a Malala Yousafzai en Pakistán son sólo una parte de lo que soportan las niñas que intentan obtener una educación, dijo el lunes la oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Muchos de los ataques se dan en nombre de la religión o la cultura, aunque otros están relacionados con las pandillas, sobre todo en El Salvador y otras zonas de América Central, dijo Veronica Birga, jefa de la sección de Derechos Humanos de las mujeres y género en la oficina de la ONU, en una presentación en la que se dio a conocer el informe.
Ese tipo de violencia va en aumento, según los datos de la ONU, en los que se señalan desde ataques con ácido a envenenamiento cometidos por los talibanes en Pakistán y Afganistán, pasando por los secuestros y violación de niñas de una escuela cristiana en India en 2013, y la retención de niñas somalíes sacadas de la escuela que fueron obligadas a casarse con combatientes de Al Shabaab en 2010.
"Los ataques contra niñas que acceden a la educación persisten y, de forma alarmante, parece que en algunos países ocurren con mayor regularidad", observa el informe. "En muchos casos, esos ataques forman parte de un patrón más amplio de violencia, desigualdad y discriminación", agrega.
Muchos de los ataques sucedidos en al menos 70 países entre 2009 y 2014 implicaron violación y secuestro, según el documento.
"La causa común de todos estos ataques, que son de naturaleza muy diferente, es una discriminación profundamente arraigada contra las mujeres y las niñas", dijo Birga en una rueda de prensa.
En Mali, Sudán, Irak, Afganistán y Pakistán se ha impuesto "un código de vestimenta muy estricto" a través de "la violencia, incluyendo la violencia sexual contra niñas en edad escolar", agregó.
Algunos ataques se basaron en la oposición a la educación de las niñas como un medio de cambio social y otros porque las escuelas son vistas como una imposición de valores occidentales, como el de la igualdad de género, explicó Birga.
Advirtió que privar a las niñas de educación tiene graves repercusiones.
"Están más expuestas a matrimonios infantiles y matrimonios forzados, al tráfico (de personas) y a las peores formas de trabajo infantil", afirmó. 2015-02-09T170826Z_1007080001_LYNXMPEB180VF_RTROPTP_1_OESEN-EDUCACION-VIOLENCIA-ONU.JPG