Por Nick Carey
FERGUSON EEUU (Reuters) - Las protestas por la muerte de un joven negro desarmado en el estado de Missouri fueron bulliciosas pero pacíficas el jueves por la noche, después de casi una semana de enfrentamientos con la policía, mientras el nuevo jefe policial reemplazó a los efectivos antidisturbios con agentes que se mezclaron con la multitud.
La muerte a tiros de Michael Brown, de 18 años, el sábado pasado tras una disputa en un coche policial, en un suceso calificado de "trágico" por el presidente Barack Obama, desató manifestaciones que acabaron degenerando en disturbios y choques con la policía.
El jueves, el gobernador del estado, Jay Nixon, decidió nombrar a un negro, el capitán de la patrulla de autopistas Ron Johnson, al frente de la seguridad en la localidad de Ferguson, donde decenas de personas han sido arrestadas durante las protestas.
En un giro de 180 grados, Johnson y un puñado de agentes negros sin protecciones caminaron entre los miles de manifestantes que llenaban las calles de este suburbio de St. Louis mayoritariamente negro exigiendo justicia por la muerte del adolescente.
"Solo queremos poder venir aquí y manifestarnos sin temor a que nos disparen. Es así de simple", dijo Cat Daniels, un veterano de la guerra de Irak de 53 años. "Lo que veis esta noche es gente uniéndose. Cuando ese chico fue asesinado el daño y el dolor era reales".
En el patio de una gasolinera quemada durante los disturbios, un vaquero montaba un caballo y un grupo de niños bailaba sobre el pavimento, cubierto de pintadas con tiza que decían: "Ahora el mundo conoce tu nombre, DEP Mike".
"Se trata de este joven que hay aquí", dijo el capitán Johnson a un periodista de la CNN, sosteniendo un retrato de Brown mientras los asistentes daban gritos de apoyo. "Se trata de que haya justicia para todos".
Las protestas han puesto la atención sobre las tensiones raciales en St. Louis y alrededores, donde los grupos de defensa de los derechos civiles se han quejado de que la policía pone una atención excesiva sobre los negros, arrestando a un número desproporcionado de ellos, y denuncian que sus contrataciones tienen motivos raciales
Dos tercios de los 21.000 habitantes de la ciudad son negros, mientras que 50 de sus 53 policías son blancos.
La muerte de Brown ha provocado también otros actos de solidaridad y minutos de silencio en otras ciudades de Estados Unidos. Obama, que ha prometido que habrá una investigación completa, ha pedido a la policía que respete las manifestaciones pacíficas.
La policía ha dicho que actuará mejor, pero ha justificado sus tácticas argumentando que tenía que responder a las amenazas de violencia.
Los manifestantes han criticado la falta de transparencia en la investigación policial, y han pedido que se conozca el nombre del agente implicado en el tiroteo que acabó con la vida del joven.
No está muy claro lo que ocurrió en el suceso del sábado pasado. La policía afirma que Brown forcejeó con el agente que le disparó y le mató. El agente resultó herido y fue atendido en el hospital por heridas en la cara, afirma. Pero algunos testigos sostienen que Brown tenía las manos alzadas y que se estaba entregando cuando recibió varios disparos en la cabeza y el pecho.