Por Leika Kihara
PEKÍN (Reuters) - Con un frío apretón de manos, el presidente de China, Xi Jinping, y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, dieron comienzo el lunes a sus primeras conversaciones formales desde que ambos asumieron el cargo, un gran avance en los esfuerzos por mejorar los lazos entre los dos rivales asiáticos.
Imágenes de televisión mostraron a Abe esperando para que Xi lo saludara en el Gran Salón del Pueblo en Pekín, una desviación del protocolo habitual en el que el líder chino está esperando para recibir a un invitado. Xi no sonrió cuando ambos se dieron la mano y no habló con Abe cuando se reunieron inicialmente.
China y Japón, la segunda y tercera economía más grandes del mundo, se han enfrentado en los últimos dos años por unas islas en disputa, su rivalidad regional y el legado de la ocupación japonesa del territorio chino durante la Segunda Guerra Mundial.
La reunión entre Abe y Xi viene después de que los diplomáticos acordaran la semana pasada trabajar en la mejora de los lazos y señalaron la voluntad de dejar en un segundo plano sus demandas sobre las islas.
"Este es un primer paso hacia la mejora de las relaciones bilaterales, volviendo a la esencia de una relación mutuamente beneficiosa basada en intereses estratégicos comunes", dijo Abe a la prensa después del encuentro en el marco de la reunión de los líderes del foro de Cooperación Económica del Asia Pacífico (APEC).
Los expertos han dicho que ambas partes acordaron que el enfriamiento en las relaciones diplomáticas está perjudicando unas relaciones económicas vitales, y amenaza con un enfrentamiento militar no deseado que podría arrastrar a Estados Unidos. La inversión directa de Japón en China cayó más de un 40 por ciento durante los primeros nueve meses del año.
Gerry Curtis, profesor de la Universidad de Columbia, dijo que la aparente rigidez de Xi al saludar a Abe era un guiño a su audiencia nacional, donde persisten los recuerdos de la ocupación japonesa en tiempos de guerra.
"Xi tenía que estar preocupados por cómo fuera cubierta la reunión en China", dijo. "Si parecía como si estuviera reuniendo con su mejor amigo, probablemente no sería bien visto", agregó.
Pero Curtis también dijo que, apartando el lenguaje corporal, la reunión fue un "avance importante y positivo" hacia una reparación de los lazos.