Por Belén Carreño
MADRID (Reuters) - Apenas dos meses después de ser aupado al poder por varios partidos minoritarios, el Gobierno socialista de Pedro Sánchez se enfrenta a su primera gran crisis política.
La formación de izquierdas Podemos y los grupos nacionalistas catalanes ERC y PDeCAT se abstendrán este viernes en la votación para aprobar la senda fiscal presupuestaria, mostrando la debilidad del Ejecutivo socialista.
Se rompe así la imagen de unidad entre los partidos que habían apoyado la investidura de Sánchez como presidente del Gobierno en la moción de censura del 1 de junio y dejan claro el calvario que va a suponer para los socialistas sacar adelante cualquier iniciativa de calado.
La votación del Congreso aborda el nuevo objetivo presupuestario pactado por el nuevo Gobierno con Bruselas, que supondría una relajación del objetivo de déficit desde un 1,3 por ciento para 2019 a un 1,8 por ciento.
Ahora el Ejecutivo deberá hacer las cuentas para el próximo año con menos margen fiscal del acordado con Bruselas, asumiendo la senda presupuestaria del anterior Gobierno del Partido Popular. El presidente del Gobierno aseguró la noche anterior en una rueda de prensa que los principales perjudicados por esta decisión serán las comunidades autónomas.
"Vamos a plantear unos presupuestos de 2019, con esta senda de estabilidad o con la anterior", zanjó Sánchez la víspera, mientras su equipo seguía negociando un posible acuerdo.
El Ejecutivo socialista ha presionado a sus socios con dos cartas para que votaran a favor de la medida: la amenaza de un adelanto electoral y los beneficios de un presupuesto más expansivo, según explicó una fuente de Moncloa a Reuters.
El Gobierno maneja cifras según las cuales los socialistas estarían reforzados en unas elecciones mientras que sus socios estarían debilitados, con lo que un adelanto electoral solo beneficiaría al PSOE.
La posición de los partidos minoritarios se había tensado en los últimos días, presionando al Gobierno para que abra una comisión de investigación sobre las cuentas del rey emérito Juan Carlos I, lo que abriría una vía de inestabilidad institucional para el PSOE.
Además, los nacionalistas catalanes pretenden forzar un debate sobre un hipotético referéndum independentista y Podemos, por su parte, quiere aumentar el gasto público y cambiar la regla que restringe las cuentas públicas de algunos de los ayuntamientos en los que gobierna.
(Editado por Julien Toyer y Tomás Cobos)