Por Lisandra Paraguassu, Leika Kihara y Marcela Ayres
BRASILIA, 27 feb (Reuters) - El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se ha propuesto dar más voz al Sur Global en la toma de decisiones mundial, aprovechando que su país preside este año el grupo de grandes economías del G20.
En la reunión de ministros de Asuntos Exteriores del G20 celebrada la semana pasada en Río de Janeiro, Lula hizo un llamamiento a la reforma de la gobernanza mundial y a la actualización del sistema de las Naciones Unidas, que tiene ocho décadas de antigüedad. El impulso continúa esta semana con la reunión de ministros de Finanzas del G20 en Sao Paulo.
Sin embargo, los diplomáticos afirman que será una ardua batalla ampliar el Consejo de Seguridad de la ONU, donde los países con poder de veto dicen que apoyan la idea, pero han retrasado durante mucho tiempo los debates que diluirían su estatus.
Lula, izquierdista y voz consolidada del mundo en desarrollo, ha fijado como prioridades de la presidencia brasileña del G20 reducir el hambre y la pobreza y frenar el cambio climático.
También quiere una mejor representación del Sur Global en el sistema multilateral, incluidas las instituciones financieras creadas tras la Segunda Guerra Mundial: el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
"Hay quienes cuestionan el concepto de Sur Global, diciendo que somos demasiado diversos para encajar juntos. Pero son muchos más los intereses que nos unen que las diferencias que nos separan", dijo Lula en una conferencia en noviembre.
Brasil ya ha dado pasos en esta dirección al insistir en que la Unión Africana debe ser miembro formal del G20, citando el ejemplo de la Unión Europea. La UA participará plenamente en el G20 de este año en nombre de las naciones africanas.
Los miembros de la unión aduanera sudamericana Mercosur también han sido invitados a asistir bajo la presidencia brasileña.
La presencia de más países en desarrollo añade presión sobre las instituciones financieras tradicionalmente controladas por Europa y Estados Unidos para que consideren propuestas como la brasileña de reducir la deuda de los países convirtiéndola en inversiones.
En la reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20 que se celebra esta semana en Sao Paulo, el Sur Global liderará la elaboración de la declaración final, en la que se espera que se mencione la transferencia de más dinero de las naciones avanzadas al desarrollo de las economías emergentes, según un funcionario de un país del G7.
"El G20 se está convirtiendo en el principal campo de batalla entre las economías avanzadas y las economías del Sur Global", declaró el funcionario a Reuters, bajo condición de anonimato.
"Las economías del Sur Global quieren asumir el liderazgo del foro del G20, especialmente con Estados Unidos preocupado por las elecciones estadounidenses y las economías europeas débiles", añadió el funcionario.
El ascenso del Sur Global en el G20 ha causado cierto malestar entre los países más ricos. Pero las naciones desarrolladas tendrán que hacer frente a las nuevas realidades geopolíticas, afirmó el responsable de política exterior de la UE, Josep Borrell.
"Brasil se ha centrado en los intereses y preocupaciones del llamado Sur Global. Ya no es un diálogo sólo entre las grandes potencias", declaró en una entrevista, añadiendo que se trataba de un avance positivo para evitar la división del mundo en "el resto contra Occidente".
"Tener a la Unión Africana en la mesa es muy importante. En 20 años, una de cada cuatro personas en el mundo será africana", afirmó Borrell.
El G20 se creó tras la crisis financiera de 2007-2008 para incluir a importantes economías emergentes en unas conversaciones que se habían limitado al Grupo de los Siete países industrializados, y se ha convertido en el principal foro de cooperación económica y financiera.
El G20 representa alrededor del 85% del PIB mundial, más del 75% del comercio mundial y aproximadamente dos tercios de la población mundial.
El concepto de Sur Global surgió para designar a los países en desarrollo, emergentes o de renta baja, principalmente del hemisferio sur, y sustituir al término "Tercer Mundo" una vez finalizada la Guerra Fría.
(Reporte de Lisandra Paraguassu, Leika Kihara en Tokio y Marcela Ayres en Brasilia; Escrito por Anthony Boadle; Editado en Español por Ricardo Figueroa)