Por Rodrigo De Miguel
MADRID (Reuters) - Madrid retoma el viernes la restricción navideña al tráfico privado en la concurrida e icónica arteria central de la Gran Vía, una polémica medida con repercusión comercial y turística que el Ayuntamiento dice que está dando buen resultado antes de aplicar un plan que podría desembocar en su peatonalización.
La Gran Vía, con sus 1,3 km plagados de tiendas, teatros, restaurantes y edificios de interés, supone un gran atractivo turístico para Madrid, aunque los alrededor de 50.000 vehículos diarios que la atraviesan de este a oeste por sus seis carriles hacen de ella una ruidosa, contaminada y a menudo atascada vía.
Las restricciones forman parte de un nuevo impulso para reducir el tráfico y facilitar una movilidad menos contaminante con la que la capital española busca equipararse a otras de su entorno, como París o Berlín.
"Es el mismo camino que han tomado grandes ciudades como Nueva York o Berlín, todos están planteando un cambio sustancial en el centro de las ciudades que empieza con medidas temporales (...) Luego, con sus respectivas correcciones, se van convirtiendo en medidas permanentes", dijo a Reuters Inés Sabanés, la responsable municipal de Medio Ambiente.
La medida, no probada en Navidad en Madrid desde hace 13 años y dirigida a evitar los cortes improvisados de la calle en anteriores años por la gran afluencia de público, supone ampliar la zona peatonal en ambos sentidos, limitando con vallas la circulación motorizada a dos o tres carriles y permitiendo en esencia sólo el transporte público, de urgencias y residentes.
El Ayuntamiento madrileño, gobernado desde hace un año y medio por la plataforma Ahora Madrid -donde participa Podemos-, ha recibido encendidas críticas de la oposición y de asociaciones de empresarios desde que inició las restricciones a comienzos de diciembre.
El conservador Partido Popular, que mandó durante décadas en el consistorio hasta 2015, tachó la medida de "esperpéntica y dañina", en palabras de la política Esperanza Aguirre.
La confederación de empresarios de Madrid CEIM, integrada por 237.000 empresas, criticó la falta de diálogo previo con los empresarios y rechazó la precipitación en su implantación por la sangría económica que provocaría a los comerciantes.
"Ha supuesto un duro golpe en la cuenta de resultados de muchos de los establecimientos de la zona en el periodo de mayor venta del año", dijo la organización en un comunicado sin precisar cifras.
El Ayuntamiento niega las críticas de improvisación, apuntando que las vallas móviles deben poder ser retiradas y colocadas para poder dar flexibilidad de uso, incluida la limpieza o la carga y descarga de mercancías, y estima que han acudido más personas que otros años, según los datos que maneja sobre el mayor uso del transporte público.
"Ha habido una intensidad de uso peatonal que dudo yo que perjudique al comercio", dijo Sabanés, la responsable municipal.
La ciudad, que incumple la normativa europea sobre calidad del aire desde 2009, recibió como contrapartida un descenso en los nocivos niveles de óxido de nitrógeno en la zona centro durante los días con restricciones, según el grupo Ecologistas en Acción.
Los peatones consultados consideran que el menor tráfico es uno de los alicientes por los que el público acudió masivamente en las fechas de restricciones en esta arteria centenaria.
"Poder pasear con la familia, cuatro miembros incluido un carrito con el peque, ha sido sensacional. Me gusta la simple experiencia de pasear sin ruido y disfrutando de la ciudad", dijo Almudena López, madrileña de 40 años que trabaja en una ONG.
"PEATONALIZACIÓN PERMANENTE"
En una ciudad con alrededor de 1,7 millones de vehículos, los responsables municipales consideran cumplido su primer objetivo, que era evitar el abultado tráfico de paso por la calle.
La medida encaja con el objetivo municipal de instaurar en poco más de un año una única área de acceso restringido (APR) al vehículo privado para toda la almendra central de la ciudad, una zona de unos 5,2 km cuadrados en la que se incluirá un plan para ensanchar permanentemente las aceras de la Gran Vía.
Los responsables municipales son tibios a la hora de afirmar que la calle vaya a ser peatonalizada por completo dentro de ese plan, pero son tajantes en cuanto a que su uso será completamente diferente en pocos años.
"Con un proyecto de esas características (APR), Gran Vía no va a tener esa funcionalidad de paso en cualquiera de los casos", dijo Sabanés.
Otros colectivos, como Madrid Foro Empresarial, una organización independiente de empresarios con 350 socios y fundada hace un año, consideran que la solución es convertirla en una vía peatonal de forma permanente.
El Ayuntamiento, que ya ensayó un corte de tráfico en septiembre con motivo de la semana de la movilidad, dijo que habrá un proceso informativo y de diálogo amplio sobre el proyecto futuro, recordando que las peatonalizaciones de otras emblemáticas calles de la capital han supuesto un mayor valor para esas áreas.
"Cuando se peatonalizaron (las calles) Montera, Preciados y Arenal siempre se decían que se iban a arruinar. No hay ningún caso en el mundo que yo conozca que una intervención de estas características haya arruinado la zona", dijo Sabanés.
"Todo está en estudio", concluyó.