LA VALETA, 14 dic (Reuters) - Malta se convirtió en el primer país europeo en permitir el cultivo y la posesión limitados de cannabis para uso personal, tras una votación en el Parlamento el martes.
Luxemburgo anunció planes similares en octubre, pero su parlamento aún no ha dado luz verde a la medida.
La ley, aprobada por 36 votos a favor y 27 en contra, permite a los adultos de Malta poseer hasta siete gramos de cannabis y cultivar hasta cuatro plantas.
El proyecto de ley fue promovido por el ministro de Igualdad, Owen Bonnici, quien afirma que Malta ha adoptado una "estrategia de reducción de daños" con la creación de una autoridad que regule la venta de cannabis para uso personal por parte de adultos de asociaciones sin ánimo de lucro.
Fumar cannabis en público seguirá siendo contrario a la ley y cualquiera que sea sorprendido consumiendo cannabis delante de un niño se expondrá a multas de entre 300 y 500 euros (entre 340 y 564 dólares).
La legislación fue aprobada por la vía rápida en el parlamento ante las críticas de la oposición de centro derecha, asociaciones médicas y la iglesia, que se quejaron de que sus peticiones para suavizar las propuestas fueron ignoradas.
Bonnici ha rechazado las sugerencias de que la ley aumentará el consumo de drogas en la isla mediterránea.
"El Gobierno no insta en absoluto a los adultos a recurrir al consumo de cannabis ni promueve una cultura del cannabis. El Gobierno siempre insta a la gente a tomar decisiones más saludables", escribió el ministro en un artículo de opinión en el periódico Sunday Times of Malta.
Malta también busca posicionarse como líder europeo en la producción de cannabis medicinal, habiendo aprobado en 2018 una legislación que permite la producción de este tipo de cannabis con fines medicinales y de investigación.
Países Bajos también tiene una actitud liberal hacia el cannabis, permitiendo la venta de pequeñas cantidades, con una política destinada a gestionar la delincuencia y los riesgos para la salud, aunque oficialmente es ilegal.
(1 dólar = 0,8862 euros)
(Reporte de Christopher Scicluna; edición de Robert Birsel y Crispian Balmer, traducido por Tomás Cobos)