Por Joseph Nasr
BERLÍN (Reuters) - La canciller conservadora Angela Merkel reconoció el lunes los errores en la gestión de una disputa sobre el futuro del jefe de los espías de Alemania y dijo que pondría su energía en asuntos que importan más a los alemanes.
La prolongada disputa sobre el futuro del jefe de la agencia de inteligencia BfV había amenazado con romper el Gobierno formado en torno a Merkel hace seis meses.
También frustró a los alemanes preocupados por problemas más graves, como el aumento de los precios inmobiliarios, las perspectivas de las pensiones y el escándalo de las emisiones diésel.
"Me concentré demasiado en la funcionalidad y los procesos en el Ministerio del Interior y no lo suficiente en lo que mueve a las personas, con razón, cuando se enteran del ascenso de alguien. Lamento mucho que eso haya sucedido", dijo Merkel.
"Es importante que ahora resolvamos los problemas de las personas", dijo.
Los tres partidos de la coalición acordaron el martes trasladar al jefe de espionaje, Hans-Georg Maassen, al Ministerio del Interior, tras las acusaciones de que simpatizaba con la extrema derecha.
Pero esta decisión provocó indignación pública porque el puesto de alto rango que eligieron para Maassen iba acompañado de un aumento salarial. Algunos miembros de los socialdemócratas (SPD), el socio menor de la coalición de Merkel, habían pedido a su partido que abandonara la alianza si la decisión no se revocaba.
El acuerdo se deshizo el viernes cuando Andrea Nahles, líder del SPD de centro izquierda, dijo que había sido un error. Una encuesta publicada el jueves mostró que el 72 por ciento de los votantes tenían menos confianza en el gobierno tras la decisión sobre Maassen.
Después de una reunión entre los líderes del partido el domingo para buscar un nuevo compromiso, el ministro del Interior Horst Seehofer dijo que habían acordado que Maassen trabajaría en el Ministerio del Interior en el futuro, pero que no recibiría un aumento salarial.
(traducido por Tomás Cobos en la redacción de Madrid)