BARCELONA (Reuters) - El exquisito doblete del barcelonista Lionel Messi en el partido de Liga de Campeones ante el Bayern de Múnich fue un ejemplo de historia que se repite, con la magnífica guinda del pase a Neymar para sellar un contundente 3-0 en la ida de las semifinales.
En un momento en el que los dos pesos pesados europeos se encontraban estancados en un 0-0 este miércoles en el Camp Nou, el delantero argentino recibió una pelota en el minuto 77 y soltó un latigazo que se clavó a la izquierda del portero del Bayern, Manuel Neuer, para poner el 1-0 a favor del Barcelona.
Tres minutos después, Messi dejó sentado al defensa alemán Jerome Boateng y superó a Neuer con una delicada vaselina que hizo las delicias de los aficionados en el gigantesco estadio.
Resultan obvios los paralelismos con la ida de las semifinales europeas de 2011 frente al Real Madrid, un partido en el que Messi marcó dos tantos, el segundo de ellos deslumbrante, pero en esta ocasión aún le quedaba algún as en la manga al genio sudamericano.
El partido ya había entrado en el descuento, cuando Messi envió un pase al espacio para Neymar y el delantero brasileño se desmarcó para anotar el 3-0 y dejar la final de junio en Berlín más cerca para el Barça.
El segundo gol de Messi, en particular, atrajo numerosos elogios y en los titulares de los periódicos deportivos le llaman desde dios a extraterrestre.
El jugador de 27 años de edad volvió a alcanzar el récord de goles en la Liga de Campeones que ostentaba Real Cristiano Ronaldo y ahora tiene 77 goles en la competición, 10 de ellos en la actual.
"Fue un segundo, salió así", dijo a los periodistas Messi, cuando se le preguntó por el segundo gol.
"Imaginé que Boateng iba a esperar que saliera a mi pierna más hábil y recorté", agregó.
Con Messi en plena forma, resulta difícil imaginar que el Bayern remontar en el partido de vuelta del martes en Múnich, mientras el Barça se encuentra en buena posición para repetir el triplete de 2009, cuando ganó la Liga de Campeones, la liga española y la Copa del Rey bajo la dirección del actual técnico del Bayern, Pep Guardiola.
Guardiola, regresaba por primera vez al Camp Nou desde que asumió el cargo de entrenador en el campeón alemán, había predicho que su exprotegido Messi sería imparable y así fue.
"Alemania es una plaza muy complicada. Sacamos un resultado muy bueno, pero debemos ir allá y no debemos confiarnos", dijo Messi.