Por John Ruwitch
SHANGHÁI (Reuters) - Mientras los altos cargos de la Casa Blanca se afanaban en destacar lo que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llamó "un acuerdo increíble" con China que abría una tregua en su guerra comercial, Pekín se ha pronuncidado poco sobre el pacto que animó a los mercados, pero dejó muchas preguntas sin responder.
El Ministerio de Relaciones Exteriores, la única cartera que tiene una comparecencia diaria a la que pueden asistir medios extranjeros, ha desviado las preguntas sobre los detalles al Ministerio de Comercio, que no ha dicho nada aún y tiene previsto celebrar su conferencia de prensa semanal el jueves.
La falta de detalles por la parte china tiene a inversores y analistas preguntándose si se justifica la euforia de Trump y si están en duda los detalles destacados por la Casa Blanca pero omitidos en el recuento del acuerdo que hizo Pekín.
Un alto cargo chino dijo a Reuters que "están esperando el regreso de los líderes" antes de publicar los detalles. El presidente Xi Jinping y autoridades como el ministro de Comercio y los dos principales diplomáticos del país están en Portugal y tienen previsto volver a China el jueves.
La Casa Blanca dijo que China accedería a comprar a Estados Unidos una cantidad aún no acordada, pero muy importante, de productos agrícolas, energéticos, industriales, entre otros. También señaló que China acordó empezar a comprar inmediatamente productos agrícolas a compañías estadounidenses.
China no hizo mención directa a los bienes específicos que comprará. Washington, pero no Pekín, aseguró también que China reducirá los aranceles a la importación de vehículos estadounidenses.
Por ahora, la decisión china de no precisar detalles del acuerdo podría interpretarse como un deseo de evitar parecer un país que cedió ante la presión -las partes tienen 90 días para alcanzar un acuerdo- o bien podría ser una cobertura frente a la impredictibilidad de Trump, dijeron analistas.
"Aparentemente, el gobierno chino no quiere que su gente considere el acuerdo como un fracaso para China", dijo Fang Kecheng, analista de medios chinos en la Universidad de Pensilvania. "El límite de 90 días suena como un ultimátum dado por el actor fuerte sobre el débil".
Detrás de la aparente cautela de Pekín podría haber también algo de temor a que la tregua pueda ser corta, dijo Andrew Gilholm, de la consultora Control Risks. "No quieren que parezca que han cruzado el Pacífico ofreciendo concesiones para aplacar a Trump y, unas semanas después, la escalada se reanude", afirmó.
(Información adicional de Ben Blanchard y Pei Li; editado en español por Carlos Serrano)