Por Yara Bayoumy y Mohammed Ghobari
SANÁ (Reuters) - Combatientes milicianos atacaron el martes la residencia privada del presidente de Yemen, Abd-Rabbu Mansour Hadi, en un intento por derrocar al Gobierno, aseguró la ministra de Información del país.
El ataque se produjo después de que la capital Saná viviera el lunes sus peores combates en años, cuando guardias leales a Hadi combatieron con fuego de artillería cerca del palacio presidencial el poderoso movimiento Houthi.
"El presidente yemení está siendo atacado por milicias armadas que buscan derrocar el sistema gobernante", aseguró en su cuenta de Twitter la ministra de Información, Nadia al-Saqqaf, en la noche del martes.
Los residentes dijeron más tarde que los combates habían cesado.
La ministra no identificó específicamente a las milicias, pero afirmó que estaban disparando desde las casas cercanas. Hadi vive en su residencia privada y no en el palacio.
Un funcionario gubernamental dijo que en los combates murieron dos personas.
Con anterioridad, combatientes houthis, que se enfrentan a Hadi por asuntos políticos y constitucionales, lograron entrar al complejo presidencial tras un breve enfrentamiento con los guardias de seguridad, dijeron a Reuters testigos y fuentes de seguridad.
Un líder houthi negó que los combatientes hubieran accedido al palacio presidencial para controlarlo, y aseguró que estaban protegiendo el complejo del personal de seguridad, que estaba intentando robar armas.
Los houthis capturaron Saná en septiembre, comenzaron a dictar sus condiciones a un debilitado Hadi y avanzaron hacia las regiones del centro y el oeste de Yemen, de mayoría sunita.
El movimiento houthi exige más derechos para la secta chiíta zaidí y afirma que está en campaña contra la corrupción.
Considerados de forma amplia como aliados de Irán en su pulso con Arabia Saudí por el liderazgo de la influencia regional, los houthis dijeron el lunes que seguirán adelante con su ofensiva si no se atienden sus exigencias en una disputa sobre un borrador constitucional.
Nueve personas murieron y 90 resultaron heridas en los enfrentamientos del lunes antes de que se estableciera un alto el fuego.
El caos en Saná se convirtió en un nuevo elemento de inestabilidad para Yemen, afectado desde hace tiempo por divisiones tribales, un reto separatista en el sur y la amenaza de un brazo regional de Al Qaeda que se responsabilizó por los ataques de 7 de enero en París.