Por Raquel Stenzel y Brad Brooks
SAO PAULO (Reuters) - El juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil Teori Zavascki murió el jueves al estrellarse la avioneta en que viajaba, generando dudas sobre quién supervisará las investigaciones a docenas de políticos en el mayor escándalo de corrupción de la historia del país.
Los equipos de rescate hallaron tres cadáveres entre los restos del bimotor Hawker Beechcraft C90GT que se estrelló frente a las costas del estado de Río de Janeiro bajo fuertes lluvias, dijeron bomberos.
Zavascki, de 68 años, había estado en la últimas semanas revisando el explosivo testimonio de decenas de ejecutivos del grupo de ingeniería Odebrecht, que se espera implique a cientos de políticos en un escándalo de pago de sobornos para obtener contratos con empresas estatales.
El pequeño aparato en que viajaba el magistrado salió de un aeropuerto de Sao Paulo alrededor de las 1500 GMT y se estrelló en el mar unos 80 minutos más tarde cerca de su destino, la turística ciudad de Paraty, informaron fuentes de la Fuerza Aérea y Aviación Civil.
El juez Sergio Moro, que ha encabezado una cruzada contra la corrupción durante casi tres años, dijo en un correo electrónico que estaba "conmocionado" por la muerte de Zavascki, a quien se refirió como "un héroe brasileño".
"Sin él no habría habido una Operación 'Lavado de Autos'", escribió Moro. "Espero que no se olvide su legado de serenidad, seriedad y decisión para hacer cumplir la ley no se olvide, independiente de los intereses involucrados, incluso de los poderosos".
En la investigación, que implica al menos 6.400 millones de reales (2.000 millones de dólares) en sobornos por contratos con empresas estatales, hay 200 personas acusadas y más de 80 ejecutivos y políticos condenados.
Según las normas de la Corte Suprema, los casos de Zavascki normalmente deberían pasar a su sustituto, que tiene que ser nombrado por el presidente Michel Temer, pese a que pueden hacerse excepciones, dijo un representante de la corte.
"La muerte de Teori (Zavascki) es sin duda una prueba dura para las instituciones brasileñas y es incuestionable que el presidente Temer estará bajo una gran presión para nombrar a un sustituto que no tenga el menor asomo de querer frenar o detener la investigación 'Lavado de Autos'", dijo Carlos Pereira, profesor de administración pública de la Fundación Getulio Vargas en Río de Janeiro.