Por Jeffrey Heller
JERUSALÉN (Reuters) - El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se encamina a liderar un Gobierno de coalición de derechas con el control de 67 de loss 120 escaños del Parlamento, según los resultados de la elección final difundidos el jueves.
El partido derechista Likud de Netanyahu ganó 30 escaños, comparado con las 24 de su principal rival, la Unión Sionista de centroizquierda. Fue una importante victoria desde las últimas elecciones en 2013, cuando Likud obtuvo 18. El líder de la Unión Sionista, Isaac Herzog, concedió la derrota.
"La realidad es clara, la realidad dictamina que estaremos en la oposición y seremos una alternativa en cada tema", dijo a la Radio del Ejército, rechazando cualquier posibilidad de un Gobierno de unidad.
El presidente Reuven Rivlin dijo que el domingo comenzará a pedir a los líderes de los partidos que ganaron escaños en el Parlamento que recomienden un candidato para formar un Gobierno. El nominado, que casi seguro será Netanyahu, tendrá 42 días para hacerlo.
Como ninguna facción obtuvo una mayoría parlamentaria contundente, Israel volverá a ser gobernada por una coalición de partidos, como ha pasado en sus 67 años de historia.
Se espera que Netanyahu, quien ha descartado públicamente un Gobierno más amplio con la Unión Sionista, pida a los partidos de extrema derecha Jewish Home (8 escaños) y Yisrael Beitenu (6), y a las facciones religiosas Shas (7) y United Torah Judaism (6) que se sumen.
Eso le dejaría con el control de 57 escaños, aún menos que la mayoría, dándole mucha influencia al nuevo partido centrista Kulanu, que obtuvo 10 asientos.
Al líder de Kulanu, Moshe Kahlon, un ex ministro del gabinete de Likud, se le ofreció el puesto de ministro de Finanzas en el Gobierno de Netanyahu, y dijo que evaluará la propuesta.
Analistas políticos esperan que Kahlon, quien prometió durante su campaña trabajar para bajar el alto coste de vida, se sume al Gobierno.
Es probable que el Gobierno derechista busque políticas duras hacia los palestinos, que incluirían la construcción de más asentamientos en la ocupada Cisjordania y Jerusalén Oriental.
En la víspera de las elecciones, Netanyahu provocó malestar internacional al declarar que no habrá un Estado palestino bajo su gestión, dando marcha atrás a una promesa del 2009 de buscar una solución de dos estados al conflicto de décadas.
Los resultados de la votación final, emitidos después de contar los votos de los soldados en bases militares y de los pacientes en los hospitales, elevaron el total de bancas de Likud de 29 a 30 y dieron al partido Meretz de centroizquierda 5 asientos en lugar de 4.
(Traducido por la Mesa de Santiago de Chile; Edición de Emma Pinedo)