Por Gabriella Borter y Barbara Goldberg
NUEVA YORK (Reuters) - Nuevas técnicas de análisis de ADN están ayudando a identificar a más víctimas de los ataques del 11 de septiembre del 2001 en el World Trade Center, dijeron el jueves científicos de la oficina del forense de la Ciudad de Nueva York.
Aún queda por identificar los restos de más de 1.000 de los 2.753 muertos que dejó el ataque de dos aviones secuestrados contra las Torres Gemelas.
A través de una tecnología innovadora, la oficina del forense dijo que pudo identificar recientemente los restos del agente financiero Scott Michael Johnson, de 26 años, quien trabajaba en el piso 89 de la Torre Sur.
En cada uno de los últimos cinco años, se ha identificado a una víctima gracias a los descubrimientos realizados desde 2001. Los investigadores del laboratorio criminalístico más grande del mundo lograron dichos avances al volver a examinar fragmentos óseos que habían estudiado anteriormente sin éxito.
"Todas estas son muestras que habíamos examinado en el pasado", dijo Mark Desire, quien encabeza el laboratorio criminalístico del forense. Junto a su equipo, Desire mostró los pasos de la última técnica de análisis de ADN, que se utiliza en fragmentos de huesos humanos recuperados del ataque.
La técnica más reciente de análisis de ADN, conocida como "Protocolo World Trade Center", se ha utilizado para ayudar a identificar víctimas de accidentes de ferrocarriles y aviones y de ataques terroristas en Argentina, Canadá, Sudáfrica y otros países, dijo Desire.
Los científicos mostraron cómo limpian el hueso, lo pulverizan hasta convertirlo en polvo, añaden productos químicos, incuban la muestra y luego la colocan en una gran máquina blanca automática que extrae todo el ADN recuperable del material dañado.
Cuanto más se pulveriza un hueso, más probabilidades hay de extraer ADN. El nuevo paso es colocar el hueso en una cámara que contenga nitrógeno líquido -lo que hace que el hueso sea más frágil- sacudirlo hasta que se convierte en polvo.
Desire elogió al jefe médico forense que decidió en 2001 preservar los restos humanos anticipándose a los avances que podrían producirse en la tecnología de identificación de ADN, lo que hace posible que años más tarde los científicos puedan identificar a las víctimas.
"Si no hubiésemos tomado esa medida en 2001, esos restos habrían seguido deteriorándose y descomponiéndose, y las identificaciones de ADN que estamos haciendo este año probablemente no serían posibles", dijo Desire.
(Información de Gabriella Borter y Barbara Goldberg; editado en español por Ricardo Figueroa)