LAHORE (Reuters) - Pakistán ha ejecutado a dos importantes milicianos el viernes, según informaron fuentes, en una clara respuesta a la masacre que tuvo lugar esta semana en una escuela militar y en la que murieron más de 130 niños.
A los milicianos, que fueron ahorcados, no se les ha relacionado con el ataque talibán que tuvo lugar en la ciudad de Peshawar el martes, pero sus ejecuciones se llevaron a cabo en un momento de conmoción en la sociedad paquistaní, que ejerce presión sobre el Gobierno para que haga más por frenar la escalada de violencia en el país.
Tras la masacre, Pakistán levantó la moratoria sobre la pena de muerte, por lo que Mohamed Aqeel y Arshad Mehmud se han convertido en los primeros prisioneros en ser ejecutados tras el cambio en la legislación.
El anuncio de sus muertes se conoció horas después de que el departamento de Derechos Humanos de Naciones Unidas pidiera a Pakistán que se abstuviera de retomar las ejecuciones, asegurando que no detendrán el terrorismo y que alimentarán un "ciclo de venganza".
"Aqeel y Arshad fueron ahorcados en la prisión de Faislabad a las 9:00 de la tarde", aseguró a Reuters una fuente del Gobierno local de la provincia de Punjab.
Aqeel, al que también se le conoce como 'Doctor Usman', estuvo en prisión por dirigir un ataque contra la sede del Ejército paquistaní en 2009 en el que murieron 20 personas. Era miembro del grupo radical Lashkar-e-Jhangvi
Por su parte, Mehmud fue arrestado por intentar asesinar al expresidente Pervez Musharraf.
Otros cuatro milicianos, actualmente en prisión en la ciudad de Lahore, se espera que sean ejecutados en los próximos días.
El Gobierno paquistaní introdujo una moratoria no oficial en las ejecuciones en 2008. Hasta el viernes, sólo una persona había sido ejecutada: un soldado condenado por un tribunal militar acusado de asesinar a un compañero oficial.