RAMALÁ, Cisjordania, 17 oct (Reuters) -Las fuerzas de seguridad en Cisjordania lanzaron el martes gases lacrimógenos para dispersar a manifestantes que tiraban piedras y protestaban contra el presidente palestino, Mahmoud Abbas, mientras la indignación pública se desbordaba tras un ataque supuestamente lanzado por Israel a un hospital de Gaza.
En una localidad cercana a la capital cisjordana, Ramalá, las autoridades de salud dijeron que un palestino murió por disparos de fuerzas israelíes durante una confrontación.
El ataque al hospital Al-Ahli al-Arabi, que según las autoridades locales mató a cientos de personas, es el incidente más letal en Gaza desde que Israel inició este mes una ofensiva en represalia por el brutal asalto de Hamás a comunidades israelíes.
El Ejército de Israel negó su responsabilidad por el ataque y lo adujo al frustrado lanzamiento de un cohete de militantes palestinos.
El ataque provocó la condena de naciones de Occidente y del mundo árabe y generó protestas frente a las embajadas de Israel en Turquía y Jordania y cerca de la embajada de Estados Unidos en el Líbano.
En Cisjordania, adonde Abbas regresaba el martes después de cancelar una reunión prevista en Jordania con el presidente estadounidense, Joe Biden, cientos de manifestantes marcharon en la céntrica plaza Manara de Ramalá, y algunos coreaban consignas en apoyo a los líderes militantes de Hamás.
También estallaron enfrentamientos con las fuerzas de seguridad palestinas en las ciudades cisjordanas de Naplusa, Tubas y Yenín, un centro urbano del norte que fue el foco de importantes operaciones militares israelíes a principios de este año, según testigos.
El estallido de protestas en Cisjordania pone de relieve la ira palestina latente desde hace mucho tiempo contra Abbas, cuyas fuerzas han enfrentado intensas críticas por coordinar con Israel la seguridad en el territorio.
(Reporte de Ali Sawafta; escrito por Rami Ayyub. Editado en español por Marion Giraldo)